El nombre de Gina Haspel se hizo viral después que el presidente Donald Trump tomara la decisión de elegirla como la nueva directora de la CIA. Haspel es la primera mujer que llega a la cabeza de la tristemente célebre agencia de inteligencia.
El hecho de que Haspel sea la nueva encargada de esta organización, es algo muy novedoso, ya que tradicionalmente los líderes eran hombres.
Su dedicación la hizo lograr numerosos reconocimientos a su trayectoria profesional, como la medalla de Inteligencia al Mérito Civil o el premio George H.W. Bush a la Excelencia en Labores de Contraterrorismo.
A pesar de todos esos reconocimientos, Haspel es señalada por supervisar un programa de la CIA conocido por utilizar tácticas brutales de interrogatorio a sospechosos de terrorismo y por haber destruido la evidencia que la incriminaba.
En muchos casos, los «sospechosos» no eran tal; se conocen numerosos casos de civiles confundidos con extremistas que ahora pasarán su vida con las cicatrices psicológicas que sufrieron. El Comité de Inteligencia del Senado presentó en su momentó un informe que especificaba que la CIA utilizaba métodos de interrogatorios no aprobados.
Después pasó a formar parte del equipo de Contraterrorismo de la CIA. Allí se la acusa de haber destruido los videos que mostraban torturas en la prisión clandestina de Tailandia.
Gina Haspel ejerció su carrera durante 33 años como agente encubierto. Sin embargo, hasta hace pocas semanas la CIA divulgó el destino de varias de sus misiones en un esfuerzo por lavar la imagen de la agente y lograr el apoyo de una mayoría de senadores para su confirmación.
MT
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