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El fracking de EEUU empieza a pasar factura geopolítica

El daño ambiental que causa el uso del fracking en EEUU está comenzando a verse en la geopolítica mundial por las repercusiones económicas que comienzan a afectar el mercado petrolero.

Durante el primer trimestre de este año la producción del oro negro en EEUU se ha reducido en un 52%, según cifras de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). La cifra es producto del deterioro ambiental que está generando esta práctica y que impide su ejecución continua.

EEUU es uno de los grandes productores de petróleo del mundo, pero no puede cubrir toda su demanda sólo con el crudo que produce, en el empeño por apoderarse del petroleo mundial ha ido socavando las relaciones comerciales y por ende la economía global.

Recientemente la poca producción de petróleo a través del
fracking ha afectado la producción europea en casi 43%, un golpe a las refinerías europeas, que durante décadas han dependido del consumo de los estadounidenses, los grandes clientes de este combustible producido en el Viejo Continente y que ahora se ven afectados por el declive del fracking, una técnica que ataca el ambiente y que solo se aplica para intereses económicos.

Una investigación realizada en la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, ha aumentado la alerta del gran incremento en el consumo de agua destinada al fracking en EEUU en los últimos años, lo que ha reducido considerablemente su uso.

Según detalla la investigación cantidad de agua utilizada por pozo en las principales regiones productoras de gas y petróleo de EEUU (Nuevo Mexico y Texas), ha aumentado hasta un 770% entre 2011 y 2018.

Pese a estas pruebas evidentes de que este proceso no es el más adecuado para producir petróleo, la misma AIE ha asegurado que en un futuro el francking va a dar un giro en la producción, «a revolución del fracking va a cambiar el panorama energético mundial a corto plazo». La agencia anticipa que lo va a hacer más en los próximos años, impulsando a EEUU a la cima de la producción mundial de petróleo.

El organismo con sede en París anticipa que el país que hasta hace poco era un importador neto de petróleo superará dentro de cinco años al segundo productor mundial (Rusia), acercándose mucho al primero (Arabia Saudí).

NB


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