Una comisión de expertos abrió la posibilidad de implementar la controvertida técnica del “fracking” en Colombia para la explotación de petróleo y gas, sólo si el estricto monitoreo de tres proyectos piloto arroja que este tipo de explotación no representa un serio peligro para el ecosistema, como sostienen muchos ambientalistas.
Comunidades locales y numerosos ecologistas en Colombia se oponen al uso de esa tecnología y a cualquier iniciativa gubernamental para aprobar su uso, que también encontrará el rechazo de los legisladores de izquierda en el Congreso.

La comisión, cuyas recomendaciones no son vinculantes, recalcó que los proyectos que se aprueben para uso comercial deben tener el permiso de las comunidades, suficientes datos ambientales para minimizar el riesgo de contaminación y garantías para una supervisión adecuada.
Las comunidades en los municipios de Puerto Wilches y Barrancabermeja, en el departamento de Santander, y San Martín, en el departamento de Cesar, deben mantenerse informadas a medida que los pilotos avanzan, dijo la comisión de 13 miembros.
El «fracking» es una técnica que requiere una alta inversión y se basa en fracturar las rocas del subsuelo, gastando millones de litros de agua mezclada con químicos hasta extraer el combustible atrapado. Francia ha prohibido esta modalidad, que es también rechazada en España y Alemania.
YBV