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Fabricantes de impresoras plantean batalla a los genéricos

El gran negocio de los fabricantes de impresoras de consumo se encuentra, como en muchos otros mercados, en la venta de repuestos, y en este caso en concreto, de consumibles. A muchos nos sorprende que el precio de una impresora apenas supere al de un par de cartuchos de tinta vendidos por el mismo fabricante.

Ello no es más que una estrategia de negocio mediante la cual, las marcas ofrecen un hardware a precio muy competitivo para hacer rentable el producto a lo largo de su vida útil. Y es aquí donde se genera una oportunidad de negocios para terceros más pequeños, que ofrecen calidad a bajo costo, lo cual rompe los planes de los grandes.

Ante ello, esas tales marcas, ávidas de ganancias, declaran la guerra con una estratagema: anulan los cartuchos que no sean “originales” mediante actualizaciones de software.

Fabricantes de impresoras plantean batalla a los genéricos
Las marcas (grandes empresas), ávidas de ganancias, declaran la guerra anulando los cartuchos que no sean “originales” / Foto: Internet

Los defensores del consumidor alertan

Ante esta situación, la Electric Frontier Foundation (EFF), organización que defiende los derechos de los consumidores de productos de tecnología en Estados Unidos, alertó al fiscal general de Texas que Epson habría distribuido actualizaciones de software en sus impresoras para inutilizar los cartuchos de terceros instalados en ellas, lo cual vulnera los derechos de los consumidores e identifica la falta de información clara sobre el destino de la impresora tras la actualización.

El caso de Epson no es aislado, pues HP se vio envuelta en una polémica similar entre 2016 y 2017 cuando otra actualización dejó en dique seco a las impresoras de la casa con cartuchos que no fueran originales. La HP debió pedir disculpas públicamente y sacar una nueva actualización para eliminar el bloqueo. Aunque ello no impidió que la firma tecnológica intentara su treta un año después.

Mientras se mantiene la diatriba, lo cierto es que el sistema genera una carrera entre usuarios y fabricantes: Los primeros, por intentar superar obstáculos y utilizar cartuchos baratos aunque haya que trampear la impresora; los segundos, por inutilizar los consumibles genéricos que le restan negocio (mucho dinero), mediante supuestas “actualizaciones de seguridad”.

FF

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