Eduardo Vela es el nombre «del doctor» acusado por tráfico de niños en 1969 en el Reino de España, donde la justicia, completamente invidente, absolvió al culpable por prescripción del crimen.
Inés Madrigal, es la única entre más de 2.000 denunciantes, que ha logrado demostrar ante una corte el tráfico de niños entre 1961 y 1981, cuando Vela era director de la clínica San Ramón (epicentro de las denuncias por robo de bebés).
El tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid consideró al «médico» de 85 años, “autor” de los delitos de los que le acusaba, y por el que sería castigado con 11 años de prisión, fue declarado culpable, pero fue puesto en libertad por prescripción de delitos.
Vela en 1969 entregó a Inés Pérez y Pablo Madrigal “fuera de los cauces legales” sin que “hubiera mediado consentimiento” de los padres quien estaban en total desconocimiento del hecho.
La madre «adoptiva», quien murió en 2016, accedió a que su hija la denunciara para agilizar el proceso y explicó que el doctor les citó en la clínica para entregarles un bebé “como regalo”. El proceso de la entrega del bebé se hizo por mediación de un sacerdote conocido de Vela.
El caso pone en evidencia las «sólidas bases» del sistema judicial del Reino de España, donde se puede ser culpable de un crimen y escapar de él gracias a la prescripción de los mismos.
EC