Terremotos, huracanes, tormentas y volcanes, solo algunas de las muestras de que el planeta en que vivimos es dinámico, se mueve y libera sus energías, como cualquiera de nosotros.
El Volcán de Fuego en Guatemala, nos lo acaba de recordar, en medio de una arrasadora ola de lava que, otra vez, de manera intempestiva, ha arrasado con la vida a su paso. Como siempre, cada vez que el planeta nos recuerda con su pulso, que tiene vida, algunas teorías se ponen de relieve. VTActual.com te explica cómo funciona y si es posible que la acción, efectivamente depredadora de la humanidad, tenga que ver con estos fenómenos naturales.
Un dron capta la destrucción causada por la erupción del volcán de Fuego pic.twitter.com/fjC7P4Zcga
— RT en Español (@ActualidadRT) June 4, 2018
Anatomía de un volcán
Como hemos dicho, nuestro planeta está vivo y es muy dinámico. los cambios gestados desde su vientre, le han dado la forma que hoy conocemos, hermosos paisajes, lugares curiosos, volcanes, ruinas.
Ahora bien, imaginemos que hacemos un viaje al centro de la tierra. entrando desde la superficie, avanzando solo unos cuantos metros, podemos darnos cuenta que la temperatura se va incrementando, al punto incluso de los 4 mil grados centígrados ya al corazón del planeta.
Además, nuestro planeta está dividido en una serie de capas, lo que vemos, su parte más superficial, es la corteza. Debajo se ubica el manto, que es extenso y espeso y al centro de la tierra, el núcleo. Al centro de la tierra, con estas altas temperaturas, las rocas están fundidas en un estado semiliquido, donde también hay gases, minerales y vapor de agua. Ese compuesto es el que se conoce como magma.
La tendencia de esta sustancia, es a salir de la tierra, por grietas o zonas débiles. una vez en la superficie producen erupciones. esas superficies se conocen como volcanes. Los flujos de lava, regularmente escurren en forma muy lenta por los flancos de estos volcanes. En otras ocasiones, las erupciones son explosivas, muy violentas, pues el magma tiene alto contenido de gases (dióxido de azufre, dióxido de carbono). pueden alcanzar entre un kilómetro hasta 35Km de altura.
Dependiendo de esa altura, es la voracidad del volcán. Las consecuencias han llegado a ser tan graves, que incluso han quedado sepultadas ciudades enteras, como el caso de Pompeya arrasada por una erupción del Vesuvio.

Rigoberto Aguilar, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico del Instituto Geológico, Minero y Metalurgico de Perú, quien aportó los datos para este trabajo, considera que tal vez los científicos y los comunicadores, hemos fallado en la sensibilización a las comunidades sobre estos temas, pues siempre, progresivamente vuelven con sus asentamientos a las cercanías de los volcanes.
Refiere que, curiosamente, el paso de la lava, deja el suelo en unas condiciones favorables para la agricultura, lo que lo hace apetecible para comunidades dedicadas a esta actividad.
No obstante, revela que los daños no son solo las pérdidas humanas y materiales, la voracidad de un volcán puede incluso cambiar la temperatura del planeta, pues emite la atmósfera, material que luego es transportado por las corrientes atmosféricas, a distancias muy grandes.
¿Consecuencia de la huella del hombre?
Ni los terremotos ni los volcanes se originan por ninguna actividad emprendida por la humanidad. Así lo explica Aguilar, quien detalla que se trata de manifestaciones cotidianas de nuestro planeta y han ocurrido desde el principio de los tiempos. Ni siquiera explosiones nucleares, son capaces de generar este tipo de fenómenos, pues no tienen la fuerza suficiente, agrega, al menos, «no hay alguna evidencia científica de eso».

También descarta que un volcán en erupción, desencadene la explosión en otro, pues cada uno tiene características específicas y el magma solo erupciona de manera violenta, de acuerdo al comportamiento de los gases. Sostiente que tal vez un terremoto de gran magnitud, cercano a algún volcán, pudiera tener algún impacto en la cámara magmática, pero es un tema que «apenas está en estudio».
La certeza está en que la naturaleza se mueve de manera constante, el reto de la humanidad, además de la preservación de sus recursos, es vivir con el constante movimiento de un planeta vivo.
JS