“Empieza a faltar tiempo” para impedir “una devastadora hambruna” en Yemen y “no podemos permitir la menor perturbación” en la distribución de ayuda a las “víctimas inocentes del conflicto”, declaró el miércoles el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en un comunicado.
Los representantes de este programa aseguraron desde octubre de 2017 que, al margen de los combates y de los bombardeos, la alimentación se había convertido en un “arma de guerra” en Yemen.

Y es que diariamente más de 28 millones de yemeníes están siendo bombardeados y sometidos a un bloqueo aéreo y marítimo desde el 2015 por el Reino de Arabia Saudí (RAS), el cual es respaldado por los Estados Unidos, España y otros países de occidente; quienes impiden, de manera criminal, el suministro de alimentos, medicamentos y combustibles al país.
Estados Unidos, Francia, Reino Unido y España figuran como los principales vendedores de armas para los Chiitas y en febrero del 2018, el Consejo de Seguridad renovó el embargo de armas (¡sólo las destinadas a los Huzíes!).
Estas medidas acarrean como consecuencia la muerte de 250.000 personas por el asedio de los mercenarios de Al Qaeda y otros grupos terroristas, según cifras de la ONU. Quienes además aseguran que miles de niños y adultos han decidido refugiarse en el desierto, sin comida ni agua.

Save The Children advirtió en su último informe sobre una «hambruna de magnitud sin precedentes» y elevó a 5,2 millones el número de menores en riesgo serio. Esta cifra ha crecido de forma dramática en los últimos meses tras el inicio en junio de la ofensiva de Arabia Saudí contra el puerto de Hudeida, el principal lugar de entrada de la ayuda humanitaria.
Las organizaciones humanitarias no paran de lanzar avisos sobre la grave situación que sufre la población civil y exigen a la comunidad internacional que «se abstenga de seguir vendiendo armamento a las partes del conflicto.
- OSM