Numerosas han sido las acusaciones que se han realizado en contra de la monarquía saudí con respecto a su apoyo (directo o indirecto) al terrorismo mundial; desde Organizaciones No Gubernamentales hasta gobiernos occidentales e instituciones como el Congreso de EE.UU.
Pues el colmo del asunto es conceder un galardón al príncipe heredero saudí por su lucha contra el terrorismo, tal como lo hiciera el nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), Mike Pompeo, el pasado viernes, luego de su visita a Riad (capital saudí).
La distinción de la CIA a este príncipe se debe por «el excelente trabajo de inteligencia en la lucha antiterrorista y la contribución a la seguridad internacional y la paz».
En este sentido, el exanalista de inteligencia de la CIA, Ron Aledo, señaló que la condecoración de la Agencia de inteligencia yanqui podría ser “una apertura diplomática de Estados Unidos hacia Arabia Saudí, un mensaje a Irán o un chiste malo”.
“Es cierto que Arabia Saudí ha estado controlando al menos el terrorismo dentro del reino (saudí). También es cierto que Arabia Saudí ha estado promoviendo el terrorismo de otras maneras, por ejemplo, en Siria. La mayoría de los yihadistas suníes han sido apoyados de Arabia Saudí. Es absolutamente una broma de muy mal gusto que les demos una medalla por luchar contra el terrorismo”, precisó el exanalista, entrevistado por RT.
Aledo recuerda que todos los funcionarios estadounidenses de la nueva Administración, incluyendo al presidente Donald Trump; al director de la CIA, Mike Pompeo; al asesor de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) del mandatario, Michael Flynn, son conscientes del apoyo implícito y explícito de Riad a los grupos terroristas activos en Siria. Incluso señala que Obama despidió a Flynn de la NSA por decirle: “Señor, no hay moderados en Siria. Los moderados en Siria son un mito, no existen”.
Por otro lado, el exanalista también especuló con que tal medida de la CIA podría ser un intento de Washington de obtener el apoyo de Riad para controlar a sus terroristas en Siria o como disuasión contra Irán.
“El asunto es que no sabemos por qué están dándole esta medalla al príncipe (…) Tal vez lo que esperan a cambio es que Arabia Saudí corte los fondos a Al-Qaeda. Una gran cantidad de ciudadanos en el reino saudí financia a Al-Qaeda y a los grupos asociados. Tal vez están tratando de recortar los fondos a los yihadistas (extremistas) en Siria. Tal vez están tratando de enviar un mensaje a Irán: vamos a renegociar el acuerdo nuclear con Irán y si ellos (los iraníes) no trabajan con nosotros podríamos apoyar a los» saudíes y a sus aliados, dice por último.
Arabia Saudí es acusada de apoyar el terrorismo. Incluso Estados Unidos denuncia el amplio apoyo brindado por Riad a los grupos extremistas. La monarquía árabe, por ser la principal promotora del wahabismo (ideología radical y desviada que domina Arabia Saudí y que inspira a grupos terroristas en todo el mundo), es acusada de haber generado el terrorismo, incluso la llaman la “General Motors del terrorismo” en Siria.
La doble moral estadounidense
Medios tan diametralmente opuestos como The New York Times y Sputnik, han revelado cómo la CIA junto con Arabia Saudí y otros países del Golfo pérsico han ejecutado programas clandestinos de suministro de armas y de entrenamiento a paramilitares para formar mercenarios.
De hecho, las relaciones de EEUU, específicamente de la CIA, con diferentes grupos paramilitares florecieron activamente en el pasado, hasta infringir directamente las leyes del mismo país, según declaraciones de el exoficial del consulado de EEUU en Jeddah, Arabia Saudí, Mike Springmann, quien trabajó como jefe del departamento de visados entre 1987 y 1989 y vio en primera persona como los agentes de la CIA entregaron visados a «personajes repugnantes», quienes luego se convertirían en extremistas figurados en las listas internacionales de terrorismo.
El exoficial recopiló sus experienicas y observaciones en su libro «Visados para Al Qaeda: los papeles de la CIA que sacudieron al mundo» (Visas for Al-Qaeda: CIA Handouts That Rocked the World, en inglés). En una entrevista exclusiva a Sputnik News, Mike Springmann abordó el tema de los visados ilegales entregados por la CIA en contra de la legislación estadounidense vigente bajo el pretexto de «seguridad nacional».
«Yo lo sé porque yo aprobaba los visados», aseguró el funcionario.
En muchos casos cuando Springmann rechazaba la solicitud basándose en la legislación inmigratoria de EEUU, el solicitante iba directamente con el Cónsul General. Este último anulaba la decisión y aprobaba forzosamente la entrega del visado.
Los solicitantes sospechosos iban a EEUU para entrenar y recibir órdenes, mientras que las advertencias de Springmann de esta práctica siempre quedaban sin atención.
«Querían tomar a todos estos matones para hacer explotar y matar a los soviéticos».
Con el tiempo Springmann entendió el objetivo de las acciones de la CIA. En aquel período el presidente estadounidense Jimmy Carter y su consejero Zbigniew Brzezinski lanzaron una campaña de apoyo a cualquier grupo, que luchara contra la URSS, en especial a los muyahidines afganos.
Los combatientes entrenados por EEUU viajaban a Afganistán para ingresar en las filas de los radicales. Tras la retirada de las tropas soviéticas del país asiático los radicales se trasladaron a otros campos de combate en Yugoslavia, Irak, Libia y Siria. También «esa misma gente se convirtió en el antecesor de Al Qaeda, la denominada Legión Afgana-Árabe», nota Springmann.
Los agentes de la CIA en Arabia Saudí, incluso los del consulado en Jeddah, reclutaron y entrenaron a los muyajidines quienes se convirtirían primero en Al Qaeda y luego en Daesh. «Yo he visto el inicio de este proceso pero en aquel momento no pensé en sus consecuencias», lamenta el exfuncionario.
«Todos hemos visto el desarrollo posterior y el resultado del control de los servicios de inteligencia en la política exterior y la diplomacia; la gente entrenada por aquellos agentes ayudaron a desmembrar Yugoslavia, destruir Libia y desfigurar Siria», concluye Springmann.
Con información de HispanTV, RT, Sputnik y Al-Jazeera
JA