La guerra comercial entre EE.UU. y China ya es digital, con el desarrollo de la tecnología 5G en el punto de mira, lo que mantiene atemorizados a los inversores de Wall Street que han penalizado con una rebaja media de 15% en el último mes a las tecnológicas estadounidenses con intereses en China.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), la OCDE e incluso los servicios económicos de la ONU coinciden en que la guerra comercial entre las dos economías más importantes del mundo -solo ellos manejan un tercio del comercio mundial- va a perjudicar a consumidores, empresas y, a la postre, al crecimiento económico global.
Lo que empezó como una revisión de un pacto comercial va camino de encallarse, y el mandato presidencial de EE.UU. de no vender componentes tecnológicos a la china Huawei por motivos de seguridad nacional ha llevado a una «guerra fría tecnológica» que no gusta nada a los mercados.
Se pretende frenar a China
Según una nota del jefe de estrategia global de la banca de inversión Jefferies, Sean Darby, el incremento de los aranceles ha dado paso a una estrategia que busca «frenar a China como líder en el desarrollo del 5G».
Esta tecnología debe ofrecer un ancho de banda y una velocidad nunca vistas hasta ahora y a las que los expertos ligan estrechamente el desarrollo del internet de las cosas, el uso de vehículos autónomos y los proyectos relacionados con Inteligencia Artificial.
Altamente dependiente de la tecnología de EE.UU.
El talón de Aquiles para China -pero también para las empresas de EE.UU.- es que este cambio de paradigma necesita en gran parte de las empresas estadounidenses de semiconductores y componentes, como Qualcomm, Nvidia o Intel, empresas que fabrican chips para «smartphones», videojuegos y centros de datos y resultan las más expuestas a la guerra digital.
EE.UU. fue responsable de aproximadamente la mitad de los 470 mil millones de dólares procedentes de chips vendidos en todo el mundo, y China fue su principal mercado, según recuerda el analista de Investing.com Haris Anwar.
FF