Producto de las políticas de la Guerra Fría, que EE.UU. se resiste a abandonar, las relaciones entre Washington y Pionyang han sido históricamente hostiles.
De hecho, para evitar el avance soviético en la península, EE.UU. se aseguró del territorio de Corea del Sur mediante la ocupación de 1945, lo que desde entonces impidió la reunificación de “las Coreas”, separadas por Naciones Unidas, por el paralelo 38, tras la Segunda Guerra Mundial.
Ello generó entre los norcoreanos una mala impresión de los estadounidenses, situación que se agravó cuando Truman y las tropas del general MacArthur se aseguraron de ocupar el país durante el estallido de la Guerra de 1950.
“Afrentas imperdonables”
La década de 1960 tampoco estuvo fácil para las relaciones bilaterales. Para Washington constituyó una afrenta la deserción de cuatro de sus soldados al norte de la península, situación que vio vengada cuando Charles Jenkins regresó al país y se sometió a un tribunal militar bajo el cargo de “ayudar al enemigo”. Sin embargo, Jerry Parrish, Larry Abshier y James Dresnok murieron por causas naturales en Corea del Norte.
Además, hay que sumar los episodios de las incursiones espías de EE.UU.. Pionyang llegó a capturar una embarcación, el 23 de enero de 1968, en el conocido como Incidente del Pueblo, y en abril de 1969, los norcoreanos hundieron otra en el Mar de Japón con 31 hombres a bordo. Todos fallecieron.
Rumores infundados
Al término de la Guerra Fría, entre las administraciones de Bill Clinton y George W. Bush, surgieron los rumores de que Corea del Norte estaba decidida a desarrollar un arsenal nuclear (con la fabricación de dos supuestas bombas) y que, para ello, procesaba plutonio. Además, hubo acusaciones de falsificación de dólares en grandes cantidades. Según Washington, se trataba de 15 millones de los verdes cada año.
De ambas sospechas, nunca hubo pruebas ni confirmación, pero sí que hubo intentos del Pentágono por agredir al contrario, aunque terminó golpeado: En 1994, un helicóptero estadounidense OH-58 Kiowa resultó derribado en NorCorea, un piloto murió y otro terminó capturado y retenido durante 13 días.
Sólo llegado el 2007, empezaron una serie de entendimientos entre ambos países, en el marco del Dialogo de los Seis, que incluyó a EE.UU., Corea del Norte, Corea del Sur, Japón, China y Rusia, en el que se empezó a hablar de allanar el camino hacia una península coreana desnuclearizada.
Adjetivación exagerada, contradicciones y amenazas
Lo cierto es que durante la administración de #DonaldTrump, la adjetivación, la diplomacia de los micrófonos, las declaraciones contradictorias y el excesivo intercambio militar entre Washington y Seúl (la contraparte capitalista en la península) han llegado a perturbar la concreción de un acuerdo de desnuclearización definitivo.

El huésped de la Casa Blanca utiliza el acercamiento con Pionyang para generar centimetraje, pero en reuniones con el propio Kim Jong-un recurre a la retórica belicista, mediante amenazas e intimidación.
Hace casi seis meses, de visita sorpresiva en la frontera de las Coreas, dijo que su país está “renovando y mejorando totalmente, y en algunos casos obtenemos armas nucleares completamente nuevas, nunca queremos tener que usarlas, pero tenemos lo mejor del mundo”. No obstante, durante la reunión con el líder asiático, se manejó en términos muy cordiales.
Desnuclearización encadenada al fracaso
Quizás esto sea la causa de que la reunión en Singapur, en junio de 2018, la primera entre ambos líderes, haya terminado en nada: Las partes finalizaron la reunión de forma abrupta porque Washington hizo muchas exigencias pero se negó a levantar las sanciones.
Para febrero de 2019, en Hanoi, Vietnam, Trump tampoco quiso dar nada a cambio, pero insistió en las exigencias. Incluso, la reunión del pasado 5 de octubre en Estocolmo, Suecia, resultó calificada por Pionyang como “un total fracaso”, por las mismas razones.

Finalmente, vale decir que para los norcoreanos una cosa sí es segura, Washington tiene hasta fin de año para presentar ofertas sustanciosas en la mesa y bajar el nivel de hostilidad o no habrán más de esas “negociaciones repugnantes”, según señala un comunicado emitido por Kim Jong-un.
FF