Luego de que se postergara, en varias oportunidades, la salida del Reino Unido de la Unión Europea prevista inicialmente para el 29 de marzo y aplazada al 12 de abril, el bloque europeo se enfrenta a una nueva negociación para un segundo aplazamiento del Brexit, una situación que amenaza la unidad de la UE.
Ante la incertidumbre sobre las consecuencias que podría generar el retraso del Brexit, la primera ministra británica, Theresa May, ha solicitado aplazar la salida del Reino Unido, esta vez hasta el 30 de junio, una acción con la que pretende ganar tiempo para tratar de persuadir al líder de la oposición, Jeremy Corbyn, y así sumar respaldo para la aprobación del acuerdo de salida en el Parlamento británico.

De obtener un fracaso en su negociación con los laboristas, May, indicó que contempla someter a votaciones en el Parlamento una serie de alternativas al acuerdo del Brexit, a fin de evitar una salida del Reino Unido de la UE, sin acuerdo.
Por su parte, el gobierno francés, no ve con bueno ojos los atrasos del Brexit, ya que después de que los electores británicos apoyaran esa medida en un reñido referéndum en 2016 no se ha cumplido su ejecución, la cual estaba prevista para el pasado 29 de marzo.

«La mayor parte de los líderes de la UE se inclinan por una extensión del Brexit más larga para evitar que la primera ministra esté constantemente solicitándole una serie de prórrogas cortas con la amenaza de un Brexit sin acuerdo justo a la vuelta de la esquina», señala Katya Adler, editora sobre temas europeos de la BBC.
YR