Michele Bachelet, tiene la virtud de haber sido la primera mujer presidenta de Chile. En su paso por la presidencia los chilenos y el mundo pudo conocerla más y acercarse a la antes desconocida mujer nacida en en Santiago.
Aunque su padre fue miembro del gobierno de la Unidad Popular liderado por Salvador Allende, ella tomó su propio camino e inició una carrera política de bajo perfil, elemento que cambió al asumir como ministra de Salud en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar.
En 2002 logra llegar al Ministerio de Defensa, y la presidencia de Chile en el año 2006, teniendo dos mandatos como presidenta. En su gobierno la tasa de crecimiento no pasó del 2,3%, y el desempleo aumentó de un 6,33% en 2014 a 6,64% en 2017.
Aunque una de las grandes promesas de su campaña fue el cambio de la Constitución, sólo alcanzó a enviar el proyecto de reforma unos días antes de dejar el cargo, dejando la promesa a medias.
Su cargo fue empañado por ciertos pecados, entre ellos un préstamo de US$10 millones para su hijo, Sebastián Dávalos. Las reformas que propuso al país no se ejecutaron, y recibió críticas y rechazo social porque las políticas no beneficiaron a la mayoría popular, sino a la minoría más pudiente.
La brecha entre ricos y pobres es una de las más altas de América Latina. El fortalecimiento de la rama pública que prometió nunca llegó y las propuestas se caracterizaron por una mixtura entre lo público y lo privado. El actual sistema priado de pensiones fue parte de su legado.
EC