Muchos opinan que en una guerra nadie gana y todos pierden. Pero en la guerra comercial que sostienen Estados Unidos y China, un observador podría salir victorioso de seguir agudizándose el conflicto. Australia mira desde la distancia cómo se complica el pujante mercado de gas natural licuado ante las tensiones de las potencias, y mientras tanto se le hace agua la boca sacando cuentas de lo que esta situación podría dejarle como beneficio.
Los incrementos en los aranceles a productos asiáticos, y la respuesta recíproca de China, pueden avanzar un paso más en la imposición de aranceles al gas natural licuado que Pekín importa desde Estados Unidos, que podrían subir de 10% a 25% a partir de junio. Esta medida afectaría la exportación del producto norteamericano hacia el gigante asiático, situación de la que Australia espera sacar provecho.
El país oceánico está a la espera de llenar el vacío que deje Estados Unidos en cuanto a gas natural se refiere, pues China importó el año pasado 23 millones de toneladas de gas desde Australia, lo que representó el 42% de las exportaciones de este rubro para la nación de los canguros.
Según una información publicada en Oilprice.com y reseñada por el portal ruso RT, refiere que las exportaciones de gas natural licuado de Estados Unidos hacia China, han caído en 80% este año financiero, en comparación al mismo período del año anterior.
Australia es el segundo exportador de gas natural licuado en el mundo por detrás de Qatar, pero Estados Unidos amenaza con quitarle el puesto según las estimaciones de producción para 2019. Sin embargo la crisis comercial entre EEUU y China, podría revertir esta tendencia.
RB