Este viernes fue arrestado por el FBI, Roger Stone, ex asesor y confidente del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por incurrir en el delito de obstrucción de la justicia, en marco de las investigaciones que se adelantan sobre la presunta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales del 2016, que llevaron a Trump al frente de la Casa Blanca.
De acuerdo con medios locales, Stone también es acusado de incurrir en cinco delitos, que van desde emitir declaraciones falsas hasta la manipulación de testigos, que se presentaron ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
El fiscal Rober Muller, quien lleva adelante las investigaciones que pretenden verificar la interferencia de Moscú en los comicios presidenciales, ha emitido señalamientos contra Stone, luego de que se dieran a conocer conversaciones que el estratega mantenía sobre los emails robados y que fueron difundidos por WikiLeaks, acto que resulta irregular, teniendo en cuenta que nadie, excepto la fiscalía, tenía acceso al material.
A esto se le suma, un fuerte seguimiento que viene desarrollando la fiscalía al ex consultor tras ser difundidos unos tuits en los que se evidenciaba su conocimiento de unos emails que fueron robados a John Podesta, el jefe de campaña de Hillary Clinton.
Aunque la fiscalía indicó que los emails fueron hackeados por los servicios de inteligencia rusos, en su defensa Stone aseguró que en ningún momento tuvo acceso al material y que se enteró sobre el caso, por un presentador de radio de Nueva York. En horas de la tarde del mismo viernes, Stone salió libre bajo fianza tras pagar 250.000 dólares.
YR