La furia de Estados Unidos por el “fracking’” ha destronado a Arabia Saudí como líder petrolero, desencadenando un exceso de oferta y una crisis petrolera.
Desde finales del año 2014, somos testigos de un desplome continuado del precio del petróleo, un asunto que ha hecho tambalear la economía de países como Venezuela, donde la mayor parte de sus ingresos provienen de la venta de crudo. Las causas, tanto políticas como monetarias, se describen a continuación:
Fracking
La gran caída del precio del crudo (aproximadamente 70% desde 2014) es culpa, principalmente, del exceso de oferta relacionada con la técnica de fracturamiento hidráulico o “fracking”, un método de extracción que consiste en fracturar rocas a gran profundidad con el uso de agua y aditivos químicos para obtener hidrocarburos, ignorando daños ambientales como contaminación del agua y la incidencia en los sismos. Este método ha sido aplicado feroz e indiscriminadamente por Estados Unidos para lograr duplicar su producción en apenas cinco años y pasar de ser el mayor importador neto del mundo a convertirse en el primer productor de petróleo, por delante de Arabia Saudí, con 11,6 millones de barriles.
Ambición imperial
Lo anterior podría explicarse también por la intención de Estados Unidos de doblegar gobiernos que le resultan incómodos como los de Rusia, Venezuela y Ecuador, además de su interés por el dominio de las reservas petroleras. Venezuela es el país con mayores reservas de crudo certificadas a nivel mundial, con 300.880 millones de barriles, lo que representa el 24,8 %, suficientes para los próximos 300 años.
Más crudo en circulación
Otro factor de la caída de los precios es que la OPEP, para no perder influencia en el panorama petrolero, había aumentado su producción. Además, Arabia Saudí, mayor productor del bloque, quiso sustraer clientela a muchos de sus socios, sobre todo en Asia, aprovechando sus bajos costos de producción. De acuerdo a un informe emitido por la OPEP, la producción de petróleo de la organización subió de 32,1 millones de barriles diarios en 2015 a 32,5 en el primer trimestre de 2016 y luego a 33,2 para agosto de este año. El aumento de la producción de crudo provino de Iraq, Arabia Saudí, Emiratos Árabe e Irán (tras decretarse el fin de las sanciones de Occidente por el cese de sus “aspiraciones nucleares”).
La demanda no se recupera
Además del exceso de oferta de petróleo, la demanda tampoco ha funcionado como se esperaba. Una desaceleración en el crecimiento de China y la tímida recuperación en las economías occidentales, no han propiciado una mayor demanda de crudo.
Altas temperaturas
El año 2015 fue el más cálido en la Tierra desde que se tienen registros y este hecho también impacta sobre el precio del petróleo. «El planeta se sigue calentando y no hay ningún cambio de rumbo global previsto a largo plazo», explicó la NASA en un reciente informe sobre el clima y el calentamiento global. Un planeta más cálido implica una menor necesidad de hidrocarburos para calentarlo porque del petróleo se refina el gasoil, la materia más utilizada para la calefacción.
Pese a estos factores considerados los principales causantes del desplome de los precios del petróleo los últimos años, hoy el mundo se muestra optimista ante el gran logro de la OPEP de concretar un recorte en su producción y devolver algo de equilibrio a este mercado.
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