¡Oh emoción hasta ahora no sentida! ¡ya piso el santo suelo en que probamos el almíbar primero de la vida! Tras ese monte azul cuya alta cumbre lanza reto de orgullo al zafir de los cielos, está el pueblo gentil donde al arrullo del maternal amor rasgué los velos que me ocultaban la primera lumbre.
Vuelta a la Patria, Juan Antonio Pérez Bonalde, 1877.
Matías Fernández es de Trujillo, estado andino de Venezuela. Tiene 18 años, bachiller y un montón de sueños por delante. La mamá de su primo se fue hace algún tiempo a Ecuador y trabaja para una contratista que repara aires acondicionados en Guayaquil. Al primo y a Matías, les habían ofrecido trabajo apenas llegara, con esa misma empresa, él no tenía pasaporte, iba ilegal: una situación de mucho provecho para pagar menos por el mismo trabajo.
Era domingo 12 de agosto cuando salieron. El primo tenía pasaporte y pasó en autobús por la ruta terrestre de Venezuela a Colombia, Matías, por la trocha. Le pagó 30 mil pesos a un guía que llevaba a otras ocho personas por una trocha ya andada por millones de colombianos que abrieron camino antes, como canta Ruben Blades «pa salvarse en Venezuela».
De esos 30 mil pesos, el guía debe darle la mitad a los guardias en Cúcuta para que no los vean y los dejen seguir el camino, no obstante, más adelante otros guardias los alcanzaron a fuerza de balas. exigían ahora 200 dólares, ante la imposibilidad de los venezolanos ilegales de pagar la suma, les quitaron cien a los que podían llegar a esa suma y a los otros, les quitaron pertenencias de valor. Esta razón les impidió continuar el viaje, «ellos hacen lo que quieren con uno», narró a VenezuelaTimesTv Matías, que ya está de regreso en su tierra andina.
Marlene Carrillo estuvo en Ecuador con su esposo e hijo. Vendieron todo en Venezuela y montaron una especie de restaurante en Quito. Poco sabía su familia de ellos, hasta que un día llamaron y pidieron entre lágrimas, ayuda para comprar su pasaje de regreso, «aquí no es como en Venezuela, la gente no come en la calle de no ser estrictamente necesario y no gasta en ese tipo de cosas», le dijo a una de sus hermanas. Habían perdido todo lo que invirtieron en un negocio que no rindió los frutos que esperaban.
La familia debió reunir entre sus miembros para traer a Marlene de vuelta, con unos kilos menos y la firme decisión de no irse más nunca de su país.
Muy a pesar de no estar de acuerdo con el Gobierno de Venezuela, quienes se han ido han debido reconocer que han dejado atrás derechos que son un sueño incluso pasando una imaginaria línea fronteriza.
Recientemente en una población entre Brasil y Venezuela, desalojaron a unos venezolanos que estaban en una especie de campamento, pero está en vigencia una solicitud del país carioca, para que Venezuela no corte el suministro de energía eléctrica a Roraima, localidad brasilera que no está conectada al sistema eléctrico brasileño sino al venezolano.
El tema migratorio no es más que una operación de falsa bandera, para seguir poniendo la mirada internacional sobre Venezuela y con ella, la intervención extranjera.
Venezuela , migración y racismo
Una crisis económica, acuñada a un bloqueo impulsado por Estados Unidos y sus aliados en América y Europa, han impactado notablemente la calidad de vida que alcanzaron los venezolanos al menos hasta 2010, cuando eran bien recibidos en todos los países, a cambio de dólares del Estado venezolano. Tal situación, es una de las principales que esgrimen quienes en los últimos años han salido del país suramericano buscando otros rumbos.
Hace muchos años atrás, la historia fue distinta, a Venezuela llegaron y se consolidaron comunidades enteras de migrantes: Hay localidades donde residen casi exclusivamente españoles y su descendencia, portugueses, ecuatorianos, peruanos y sobre todo, colombianos. Sus costumbres han seguido intactas, tiene desde clubes exclusivos que funcionan casi como una embajada hasta barrios donde solo viven y pueden transitar colombianos.
Pero un fenómeno ocurre, que gran parte de los venezolanos ha comenzado a ser objeto de xenofobia fuera de sus fronteras. El Gobierno venezolano cree que se trata de las campañas impulsadas por la oligarquía de países latinoamericanos, cuadrados con los intereses de EEUU.
«Detestamos el racismo y la xenofobia, repudiamos que venezolanos hayan recibido la infamante acción criminal de estas oligarquías que odian a sus pueblos», se lee en un comunicado oficial emitido por la cancillería venezolana, ante el retorno de casi cien venezolanos que estaban en paupérrimas condiciones en Perú.
Lo curioso es que se trate en general, de países hermanos, liberados por la misma revolución libertadora que por cierto, lideró el venezolano Simón Bolívar cuya meta vigente es la integración de los pueblos latinoamericanos, proyecto del cual, fue precursor un connacional suyo, libertador también de otros territorios, Francisco de Miranda y su Colombeia.
Pero así como sobrevive la idea de la integración, sobreviven también la xenofobia y racismo de las oligarquías en nuestros países, sembrada entre otras cosas, para erradicar el bolivarianismo. Al propio Bolívar odiaban en Lima, lo llamaban chorizo por ser una mezlca, un mestizo, el mulato como forma despectiva.
Una famosa anécdota narra que en 1825, para el cumpleaños de Bolívar estando en Potosí, Perú, El Libertador notó que ninguna dama de la aristocracia quería bailar con uno de sus más notables generales, José Laurencio Silva, por ser negro. El mismo Libertador pronunció en voz alta, General José Laurencio Silva, héroe de mil batallas y Salvador de la Patria, permítame el altísimo honor de bailar con Usted, lo tomó de la mano y bailaron en medio de la plaza.
Los derechos no emigran
Lo cierto es que quienes abandonan el país, lo hacen con la promesa de que mejorarán su calidad de vida, que en pocos meses de trabajo podrán comprar un carro, zapatos nuevos y tantas otras cosas. Lo que olvidan, son las maravillas que son cotidianas y que en otros países, ha costado sangre para al menos discutir al respecto.
Con la llegada este lunes de 89 venezolanos provenientes de Perú, donde fueron expuestos a tratos crueles y xenófobos, salieron a flote varias de esas realidades.
https://twitter.com/CancilleriaVE/status/1034242171958910977
El derecho y la gratuidad de la educación a todo nivel, los derechos en materia laboral, que van desde una jornada diaria de 8 horas con una para el almuerzo, licencia por salud, cuidado de familiares enfermos, permiso por lactancia materna, vacaciones pagas, retroactividad de prestaciones sociales, utilidades anuales, entre otros, son bienes que se han logrado en Venezuela, contemplados en su Constitución y leyes de la República, que no se consiguen fuera de las fronteras.
https://www.facebook.com/ColectivoDignidad.com.pe/videos/1119387931542215/?t=6
El embarazo y la lactancia materna, son sujeto de especial protección en Venezuela, desde la Ley Orgánica del Trabajo, la Ley de promoción y Protección de la Lactancia Materna, entre otros instrumentos, con los que se garantiza garantiza el cumplimiento del permiso postnatal hasta los 6 meses del bebé para disfrutar de la lactancia materna exclusiva y el cuidade de la madre, el padre goza de 15 días de permiso una vez nacido su hijo, para acompañar este proceso.
Una vez culminado el postnatal, existe un permiso especial que permite a las madres salas de amamantamiento en su empleo y si no las tiene, puede disfrutar de hora y media en la mañana y hora y media en la tarde para amamantar a su hijo, hasta que cumpla los dos años. Pero este derecho, no se puede empacar en la maleta. Yusmary, con 7 meses de embarazo, fue explotada y expuesta a situaciones denigrantes en Perú
4. Yusmary tiene 7 meses de embarazo, se fue con toda su familia a #Perú, es maestra, cuenta que la xenofobia que sintió junto a su hijito la hizo sufrir, como todos los que entrevisté, pensaron que vivir en el extranjero era el paraíso. Vean su testimonio #VueltaALaPatria pic.twitter.com/UzAaa2XyS1
— Madelein Garcia (@madeleintlSUR) August 29, 2018
Sin embargo, si usted busca en Youtube u otros medios, el video de los venezolanos llegando de Perú, no consigue sino la historia que la mediática quiere imponer: la de los refugiados venezolanos buscando mejor vida en otros países. Lo cierto, es que se ha tratado de señalar desde los centros de dominación mundial que en Venezuela existe una crisis humanitaria, ante este escenario de garantías y derechos, cabría preguntarse una vez más sobre la moral de quienes señalan y juzgan.
Recientemente hablaba con una corresponsal argentina en Venezuela y le pregunté si iba a irse del país por la situación económica, su respuesta fue contundente: éste es el país de las oportunidades, me dijo. «Mi hijo estudia en una escuela privada de muy alto nivel, subsidiada por el Gobierno, está en el Sistema de Orquestas, donde además de no pagar nada por las clases, le dan el instrumento que desee tocar, si no tenemos laburo, agarramos el carro y hacemos de taxi sin que ninguna autoridad nos persiga o se meta con nosotros, ¿a qué voy yo a Argentina a pagar impuestos para hacer mas rico a Macri? ¡Ni por el culo! Sentenció.
JS