Existen miles de estudios y recomendaciones de especialistas, médicos e instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) que dan cuenta de los beneficios de la lactancia materna prolongada para el niño y la madre. Sin embargo, nunca falta el pediatra, la maestra o el familiar que critique la decisión -íntima y personal- de una familia de mantener la práctica hasta después de que el bebé haya cumplido los dos años de edad.
La información contenida en el primer párrafo seguro sorprendió a varios, pero no está errada: la OMS recomienda mantener la lactancia materna al menos hasta los dos años de edad y promueve incesantemente los beneficios de prolongarla hasta que la madre y el bebé lo decidan.
En principio debemos definir qué es la lactancia prolongada. Este método de alimentación, también conocido como amamantamiento continuado, es aquel que se practica después de que el bebé supera la barrera de los dos años de edad, basándonos en las recomendaciones formales de la OMS.
De acuerdo con estudios realizados por la Academia Americana de Pediatría, Clínicas Pediátricas del Norte, el Instituto de Medicina de Washington y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), sólo por nombrar algunas instituciones, el amamantamiento continuado nutre y protege durante más tiempo a los bebés.
Para la OMS “un aumento moderado en las tasas de lactancia materna a escala global podría prevenir hasta un 10 por ciento de las muertes de niños menores de cinco años”, pues se ha demostrado que los infantes que aún lactan entre los 16 y 30 meses, tienen menos enfermedades, y de más corta duración, que los que no son amamantados.
A pesar de que la mayoría de las investigaciones al respecto se realizan en países desarrollados, estos son los que tienen los índices de lactancia materna más bajos. De hecho, en los países de más altos ingresos el 21% de los bebés nunca ha tomado leche materna.
Asimismo, la Academia Americana de Médicos de la Familia destaca que enfermedades como el asma y muchas de las alergias conocidas podrían prevenirse si las madres toman y sostienen su decisión de prolongar la lactancia durante el mayor tiempo posible.
Valeria Martínez, consultora de lactancia materna venezolana radicada en Chile, asegura que los niños nacen programados para que sus madres los amamanten hasta los siete años de edad, tiempo estimado en el que el niño desarrolla su personalidad.
Esta especialista resalta que, contrario a lo que se piensa, prolongar la lactancia no hace al niño dependiente sino que le vuelve mucho más seguro de si mismo pues el delicado vínculo entre madre e hijo se fortalece a medida que avanza la practica de amamantamiento.
Por otra parte, señala los beneficios de la lactancia para las madres, quienes mientras más ofrezcan leche materna a sus bebés menos riesgo corren de padecer enfermedades como osteoporosis y cáncer de ovarios, mama, endometrio o útero.
Martínez recomienda a las mujeres y familias que decidan continuar lactando a sus bebés luego de los 24 meses que busquen información y apoyo de profesionales con conocimientos actualizados en el área, y que se documenten a través de la bibliografía disponible en Internet sobre el tema.
Si eres madre y tienes dudas al respecto, puedes comenzar preguntándote por qué la leche cambia su composición a medida que pasa el tiempo. Y es que consideramos que la existencia del calostro es la principal evidencia de que la lactancia prolongada posee innumerables beneficios que ninguna leche de formula podrá igualar.
Andreína Ramos Ginés/ VTactual.com