Una noche que comenzó con una muestra de lo que es en la actualidad la sociedad española: Pitos y aplausos para el Rey durante el Himno Nacional. Culminó con una espectacular ovación de catalanes, andaluces y el resto del mundo a quien fue el verdadero Rey en la cancha: Andrés Iniesta.
El Barcelona llegaba al Wanda Metropolitano de Madrid con la obligación de ganar su primer título de la temporada, la Copa del Rey, y lo hizo. En parte, gracias a la magia de un jugador que se ganó la admiración de todo el reino de España.
Andrés Iniesta levantó lo que podría ser su último trofeo con el Barcelona, se iría a al fútbol de China al culminar la temporada, y de qué manera. Manejó los tiempos de su equipo, anotó un gol y salió ovacionado por todo el público que abarrotó el estadio y los millones que lo vimos por TV.
Iniesta (Fuentealbilla, Albacete) llegó a Barcelona a los 12 años con el sueño de convertirse en jugador del primer equipo. No sólo lo logró, si no que se convirtió en el corazón de un equipo que lo ganó todo, junto a Xavi y Messi, y anotó el gol más importante de la historia del fútbol español, el gol que le dio el título de Campeón del Mundo a España en Suráfrica 2010.
Por todo eso, por su tímida personalidad, por su carácter ejemplar dentro y fuera de la cancha, por sus lágrimas al ser sustituido, por ese gol ante Holanda en Suráfrica, por la magia que surge al tocar un balón, André Iniesta es adorado por todo el mundo del fútbol.
Una carrera ejemplar que será recordada por muchos años, hoy en día es el verdadero representante de España: Un manchego adoptado por Cataluña, ovacionado en Madrid por andaluces… ¡¡¡Qué viva el Rey Iniesta!!!
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Junior Cordero