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Venezuela en plena Transición Demográfica

Venezuela experimenta actualmente una transición demográfica, y como tal, este proceso ha sido poco ventilado en la opinión pública. Es uno de los asuntos de interés nacional que bordea los límites de la inexistencia en el plano social, comunicacional gubernamental e incluso académico. Acá revisaremos los elementos sustantivos de este hecho histórico sin precedentes, que por lo demás, demanda acciones urgentes para el aprovechamiento del cúmulo de oportunidades que ofrece.

La transición demográfica es una ventana de tiempo en la que se produce un enérgico crecimiento de la población de un país. Tal período de tiempo se ubica en medio de dos regímenes extremos: el precedente y el posterior, el antes y el después, ambos sin apenas crecimiento poblacional, solo que el precedente se caracteriza por elevados niveles de mortalidad y natalidad, y el posterior se caracteriza por bajos niveles de mortalidad y natalidad.

La población joven venezolana será la mas numerosa en las próximas décadas, tras de lo cual, el país experimentará un inevitable ‘envejecimiento’. Lo que se deje de hacer en estos años repercutirá en términos de desperdicio o aprovechamiento de las capacidades materiales del país para enrumbar su desarrollo.

Etapas de la transición demográfica en América Latina y el Caribe

Venezuela se ubica en el grupo de países latinoamericanos que están en plena transición. Como se apreciará en la clasificación abajo reseñada, no todos los países se encuentran en igualdad de condiciones respecto a su crecimiento poblacional.

La CEPAL reconoce cuatro grupos de países con diferentes etapas de transición demográfica:

  • Grupo I. Transición incipiente. Países con alta natalidad y mortalidad, con un crecimiento natural moderado, del orden de 3.5%. Los países de este grupo son Bolivia y Haití. Por su elevada fecundidad, tienen una estructura por edades muy joven y una alta relación de dependencia.
  • Grupo II. Transición moderada. Países de alta natalidad, pero cuya mortalidad ya puede calificarse de moderada. Por este motivo su crecimiento natural es todavía elevado, cercano al 3%. Los países de este grupo son: El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay. El descenso de la mortalidad, sobre todo durante el primer año de vida, se ha traducido en un rejuvenecimiento de la estructura por edades, lo que también lleva a una elevada relación de dependencia.
  • Grupo III. En plena transición. Países con natalidad moderada y mortalidad moderada o baja, lo que determina un crecimiento natural moderado cercano al 2%. Los países de este grupo son: Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República DominicanaVenezuelaGuyana, Suriname y Trinidad y Tobago. Como el descenso de la fecundidad es reciente, la estructura por edades se mantiene todavía relativamente joven, aun cuando ya ha disminuido la relación de dependencia.
  • Grupo IV. Transición avanzada. Países con natalidad y mortalidad moderada o baja, lo que se traduce en un crecimiento natural bajo, del orden del 1%. Los países de este grupo son: Argentina, Chile, Cuba y Uruguay, y en el Caribe, Bahamas, Barbados, Guadalupe, Jamaica, Martinica y Puerto Rico. Entre éstos se pueden distinguir dos subgrupos: uno, el de los que han tenido fecundidad y mortalidad bajas por un largo período (Argentina, Uruguay y, en menor medida, Cuba). Estos tienen un crecimiento y una estructura de edades similar a los de países desarrollados. El otro subgrupo está compuesto por los que tienen aún tasas de crecimiento más elevadas debido a su población relativamente joven, pero recientemente han alcanzado tasas muy bajas de fecundidad y mortalida.

Las características de la transición demográfica venezolana

Seis elementos distintivos conforman la transición demográfica de Venezuela, estos son:

Aumento de la población en edad de trabajar con respecto a la población total (población de 15 a 64 años. 1950: 55,3% y 2018: 64,5%)

  1. Reducción de la proporción de niños y niñas menores de 15 años, con respecto a la población (1950: 42% y 2018: 30,1%)
  2. Ligero aumento de la persona adulto(a) mayor, mayores de 65 años (1950: 2,7% y 2018: 5,4%)
  3. Disminución de la tasa de crecimiento poblacional (1950-1955: 4,03% a 2000-2005: 1,78%.
  4. Mortalidad General descendente, muertes por cada mil habitantes (1950: 12,5 y 2018: 5,1)
  5. Número de hijos(a) por mujer en descenso acentuado (1950: 6,4 y 2018: 2,7).

Como se aprecia en las características descritas, se vienen produciendo cambios de la estructura por edad, y dicho cambio ha producido un “bono demográfico” el cual será por un tiempo limitado y ocurrirá una única vez.

 Como datos relevantes se pueden mencionar:

  •  Venezuela entre el 2010 y el 2040 tendrá la población más numerosa en edad de trabajar (15 a 64 años), aproximadamente 23 millones de personas en promedio.
  • En estos años las relaciones de dependencia son las más bajas, es decir, con menos dependientes (menores de 15 años = 3,7 millones y mayores de 64 años = 8,3 millones) por persona en edad para trabajar (15 a 64 años= 23 millones).
  • En el año 1950 había 81 dependientes por cada 100 personas en edad de trabajar. En el periodo entre 2010 y 2040, la relación será de 52 dependientes por cada 100 personas en edad de trabajar.

 

Venezuela en plena Transición Demográfica

Venezuela en plena Transición Demográfica

  • El bono demográfico venezolano

Como se ha referido, entre los años 2010 y 2040, la transición demográfica tiene como resultado una “Ventana de Oportunidad”, también llamada “bono demográfico”. En este periodo, Venezuela tendrá la mayor proporción de población en edad de trabajar. Se reitera dada la importancia del dato: el Bono Demográfico sucederá una sola vez y durará unas pocas décadas.

La generación más numerosa de la historia de Venezuela, cerca de 6 millones de adolescentes y jóvenes (entre 15 y 24 años), entrará en la edad reproductiva y laboral en los próximos veinte años. Ello incidirá, sobre todo, en los hogares con mayores niveles de desigualdad y pobreza.

Durante esta ventana de oportunidad, más personas pueden potencialmente producir más, ahorrar más, invertir más, incrementar sus capacidades humanas y mejorar sus condiciones de vida. Pero ello se dará si y solo si, tienen capacidades adecuadas de salud, educación, empleo productivo, en fin, si se logran las metas del eco-desarrollo humano integral. 

En caso contrario, el país se enfrentaría a una gravosa “hipoteca social”, debido al gran contingente de población en edad laboral con baja calificación y en su gran mayoría económicamente dependiente.

Venezuela en plena Transición Demográfica
La transición demográfica tiene como resultado una “Ventana de Oportunidad”, también llamada “bono demográfico”. En este periodo, Venezuela tendrá la mayor proporción de población en edad de trabajar

Como se aprecia en el gráfico anterior, un mayor volumen de personas en edad productiva (entre 15-64 años), sumado a una menor cantidad de niños y jóvenes (menores de 15 años), y de personas mayores (mayores de 64 años), implica menos exigencias para los sistemas de salud materno infantil y de educación escolar.

Durante el período del “bono demográfico” existe la oportunidad de prepararse para el aumento de población adulta mayor, ya que cuando el bono demográfico llegue a su límite, y sean los mayores de 64 años los protagonistas, las necesidades de educación mermarán mucho más, en cambio atención de salud y seguridad social demandarán un mayor “gasto” o inversión social.

Desigualdad y dualismo demográfico

La transición demográfica ocurre con desigualdades y dualismo demográfico; esto es, la población más pobre y la más rica tienen patrones reproductivos y de supervivencia, que dan lugar a dos estructuras de edades muy distintas.

La pirámide de población de los más pobres expresa una tasa de natalidad y de mortalidad infantil relativamente altas, con una estructura de población similar a la que el país tenía a principios del siglo pasado.

En cambio, la pirámide de los más ricos presenta una etapa de transición más avanzada, baja natalidad y mortalidad infantil, propia de un país desarrollado. Por tanto, existe un proceso de transición demográfica dual en la población venezolana, constituido por un comportamiento diferenciado entre los pobres y los ricos.

Venezuela en plena Transición Demográfica

La transición demográfica ocurre con desigualdades y dualismo demográfico; esto es, la población más pobre y la más rica tienen patrones reproductivos y de supervivencia que dan lugar a dos estructuras de edades muy distintas.

 

La transición demográfica se produce de forma diferente en cada entidad federal

La comparación entre el año 2010 y el año 1961 observan diferenciaciones territoriales en el proceso de transición demográfica. Éstas consisten en territorios con transiciones moderadas, otros, con transiciones avanzadas y otros que se encuentran en plena transición. Todo ello tomando en cuenta la tasa de dependencia juvenil (población de 0-14 años/población de 15-64 años).

Los territorios más avanzados en su desarrollo socioeconómico y en el proceso de transición demográfica, están en condiciones de aprovechar mejor el “bono demográfico”, pues tienen una situación de menos población en situación de dependencia.

En cambio, los territorios en plena transición demográfica o rezagados, en los que la situación de dependencia juvenil es mayor, se encuentran entre los territorios con mayores índices de pobreza.

Venezuela en plena Transición Demográfica

La comparación entre el año 2010 y el año 1961 observan diferenciaciones territoriales en el proceso de transición demográfica.

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Los territorios en plena transición demográfica o rezagados, en los que la situación de dependencia juvenil es mayor, se encuentran entre los territorios con mayores índices de pobreza.

Situaciones esperadas

La demografía es un factor preponderante que incide en el curso del desarrollo social en toda nación. Tomemos un ejemplo, el búlgaro: ¿Qué puede esperarse de Bulgaria en términos de reforzamiento de su estructura de progreso y bienestar nacional?, siendo uno de los países de Europa que reduce su población más rapidamente que el resto del continente. No obstante, se trata de un cuadro demográfico sombrío en general para toda Europa, con la mitad de sus países reduciendo su población a ritmos acelerados.

La reflexión de los búlagoros, o los europeos, o más cerca, de los uruguayos, no son ajenas para Venezuela, a la vuelta de la esquina estaremos en una condición similar, y lo inteligente no es aguardar para entonces para saber si hicimos o no lo correcto.

Los condicionantes poblacionales no son neutrales. Los patrones reproductivos y de supervivencia pueden favorecer o entorpecer la salida de la pobreza y la inclusión social, según sean las condiciones de vida, las capacidades autogeneradas y las políticas públicas aplicadas.

La fotografía de familia ya la conocemos, sabemos el tamaño del portarretratos de los años venideros, por tanto, es predecible esperar importantes cambios en las demandas por alimentación, educación, salud, vivienda, empleo, entre otras.

De manera concreta se puede esperar que la matrícula escolar del nivel básico descenderá; el número de partos que deberán ser atendidos también descenderá; por su parte, la demanda de esquemas integrales de vacunación disminuirá, así como los requerimientos habitacionales (una vez se satisfaga la deuda acumulada). En tanto que, en las próximas décadas, tal como está sucediendo, seguirá aumentando la demanda de la población en edad de trabajar.

¿Qué otros cambios esperar?, corresponde abrir los debates urgentemente y preparar las acciones.

Aprovechamiento del Bono Demográfico

Como se sabe, la transición hacia un umbral de amplio bienestar social y económico de la población, no depende exclusivamente de la demografía sino, además, de otros factores:

  1. La ecosostenibilidad del crecimiento económico.
  2. La mitigación de los índices de pobreza.
  3. La superación de las desigualdades por género, edad, territorios y grupos sociales.
  4. La capacidad para generar empleo digno.
  5. La generación de empleo juvenil suficiente y de calidad.
  6. El mejoramiento de la calidad educativa. Entre tantos otros.

De allí que es imperativo asumir que el envejecimiento de la población es inevitable, e iniciar o consolidar de inmediato las acciones necesarias para que efectivamente sea aprovechada la transición demográfica.

Es momento de desarrollar un modelo de financiamiento sustentable que garantice la seguridad en los ingresos de la población adulta que ya no está en edad de trabajar, de fortalecer políticas públicas para todo el ciclo de vida que tengan en cuenta la dinámica de población (géneroetniasterritorios clases sociales).

También es momento de fortalecer las capacidades de empleabilidad de los jóvenes, dándole especial importancia a las políticas de salud y educación, así como de impulsar políticas orientadas a la reducción de las desigualdades de género, que concilien las funciones reproductivas y productivas (redistribución de las cargas de crianza y tarea del hogar).

Finalmente, al igual que ha ocurrido en otros países latinoamericanos, Colombia, Ecuador, Perú, El Salvador, etc., en Venezuela no solo el comportamiento de las tasas de natalidad y mortalidad sino también las migraciones internacionales, condicionan la distribución por edades y el crecimiento de la población. Por tal motivo, el éxodo fuera de Venezuela de los últimos tiempos es también un factor a tomar en consideración en el menú de decisiones a adoptar.

Haiman El Troudi

Haimaneltroudi.com

 

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