Cada 5 de julio el pueblo venezolano se llena de júbilo para celebrar el nacimiento de la patria. El origen de un camino político que demostró la firme resolución de ser un territorio libre y soberano.
Es un momento de conexión con el pasado, de reafirmación y reconocimiento de una historia común. Una fecha que certifica la existencia de una nación digna y que moviliza a todo un pueblo en la defensa de su independencia.
El 5 de julio de 1811, el Supremo Congreso de Venezuela, anunciaba al pueblo y al mundo, la decisión plena de ser independiente. Un hito fundamental que fortalece la identidad nacional del pueblo venezolano.

La independencia como camino indiscutible
El argumento de la independencia como único camino de transformación, tomó un valor significativo en el pensamiento político durante el año 1811. Sin embargo, las demoras del Congreso en asumir una posición al respecto, generó tensiones y zozobra dentro de la población.
En la sesión del 3 de julio de 1811, el presidente del Congreso, Juan Antonio Rodríguez Domínguez, anunció sin miramientos que ya era “el momento de tratar sobre la Independencia absoluta”.
Tras 4 meses de instalado el Congreso, la mayoría de sus integrantes apoyaba el paso definitivo de la independencia. Pero las dudas e inquietudes sobre el futuro inmediato, intentaban retrasar lo inevitable.
Posiciones encontradas, entre moderados, tradicionales y los que apostaban por una independencia absoluta, hicieron de la sesión una espacio de confrontación sin resolución inmediata.
Tras esta situación, en horas de la noche de aquel día, el joven Simón Bolívar daría un discurso en el seno de la Sociedad Patriótica, expresando con una gran claridad política su posición ante la actitud del Congreso: “…vacilar es perdernos”.
Una patria de hecho y de derecho
La sesión del 4 de julio tomó el mismo rumbo del día anterior. A puerta cerrada y con una comisión de la Sociedad Patriótica, la decisión de la independencia fue elevada al Ejecutivo para solicitar su opinión.
La postura del Ejecutivo fue anunciada en la mañana del 5 de julio. La declaración de la independencia debía resolverse “cuanto antes”. La postura fue bien recibida por los diputados, siendo Francisco de Miranda uno de los primeros en pronunciar su apoyo.
Nuevos argumentos y cambios de opiniones dirigieron el debate hasta que llegó la hora de la votación. Finalmente, con tan solo un voto en contra, el Congreso declaraba el 5 de julio de 1811, la independencia absoluta de Venezuela.
En horas de la tarde se instruyó la redacción del acta. Un documento que dejaría por sentado la decisión firme de asumir la libertad como bandera.

El Acta de Independencia, muestra la visión soberana de las acciones del Congreso: “…como todos los pueblos del Mundo, estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra, y tomar entre las Potencias de la tierra, el puesto igual que el Ser Supremo y la naturaleza nos asignan…”.
Y para que no quede dudas, refiere: “…declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas son y deben ser de hoy más hecho y de derecho Estados libres, soberanos e independientes y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la Corona de España…”.
El Acta del 5 de julio no solo expresa el acto fundacional de la República, sino que se inscribe como una declaración de principios que reconoce los derechos de igualdad y libertad del pueblo venezolano frente al mundo entero. Un documento que sin duda alguna, es motivo de reafirmación nacional.
Simón Sánchez/VTactual.com
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