El papa Francisco admitió posibles malos manejos de los fondos del llamado Óbolo de San Pedro, que se nutre con el dinero recaudado por el Vaticano para las obras de caridad, en lo que pareciera ser otro escándalo de la Iglesia de Roma.
Al ser cuestionado sobre el uso de este dinero para hacer inversiones que nada tienen que ver con la caridad cristiana, como la compra de inmuebles, Francisco aseguró que esto es una «buena administración», porque evita la devaluación de esos activos.
Para el primer Papa latinoamericano estas inversiones son necesarias para que ese capital no se devalúe, se mantenga o crezca un poco» y calificó ese procedimiento como «una buena administración».
Añadió que «se puede incluso comprar una propiedad, arrendarla y después venderla, pero al seguro, con todas las seguridades» y reconoció que «ocurrió un escándalo porque hicieron cosas que no parecen limpias», aunque subrayó como mérito que esta vez «la denuncia no vino de afuera«.
Es por ello que resaltó la eficacia de la metodología de control económico introducida por su antecesor Benedicto XVI quien, acotó, «fue sabio (y) comenzó un proceso que maduró».
MMMV