Una plaga de proporciones bíblicas está arrasando en este momento con los alimentos de siete de los países más vulnerables del mundo, poniendo en peligro la frágil economía del cuerno de África y algunas naciones cercanas a esta zona.
Se trata de los enjambres de langostas del desierto, que a causa de tres ciclones consecutivos registrados recientemente en la península arábiga se han reproducido de forma descontrolada, amenazando los ecosistemas de Etiopía, Eritrea, Kenia, Sudán del Sur, Somalia, Yibuti y Uganda.
Las langostas, que comienzan un peligroso nuevo ciclo de reproducción en marzo, han arrasado bosques, sabanas y plantaciones enteras, dejando sólo madera seca a su paso. Una situación que ni siquiera los adultos mayores recuerdan haber vivido anteriormente.
De acuerdo con el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, una nube de langostas de un kilómetro cuadrado, que por lo general alberga entre 40 y 80 millones de langostas, puede consumir en un solo día alimentos suficientes para alimentar a 35.000 personas.
Lo alarmante de este enjambre es que tiene un tamaño de hasta 2.400 kilómetros cuadrados, “lo que significa que habría entre 100.000 y 200.000 millones de langostas en él que están devorando suficientes alimentos para alimentar a 84 millones de personas cada día”.
Para las autoridades del organismo, el surgimiento de esta plaga tiene mucho que ver con el cambio climático. La langosta del desierto prolifera tras periodos de precipitaciones intensas que provocan floraciones de vegetación en los hábitats áridos de África y Oriente Medio.
El problema es que esa temporada de lluvias se extendió por 18 meses, lo que ha dado pie a que estos ortópteros puedan reproducirse fácilmente. La acción de esta plaga pone en un peligro aún mayor a las 11,9 millones de personas que padecían inseguridad alimentaria antes de que llegara la nube de insectos a África Oriental.
La situación podría empeorar
De acuerdo con expertos consultados, Arabia Saudita, China, Egipto, Sudán, y Yemen también pueden verse afectados por la proliferación de langostas que según Keith Cressman, experto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), ya comenzaron a poner los huevos que darán paso a una nueva generación de la especie.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, asegura que es urgente que se reúnan los fondos suficientes (unos 76 millones de dólares) para iniciar la fumigación de estos territorios y evitar que el problema empeore cuando llegue marzo.
Científicos de la ONG World Vision aseguran que de no actuar con celeridad, la plaga de langostas del desierto podría afectar a más de 32 millones de personas. «El mayor impacto de la invasión de langostas no se sentirá hoy, pero sí en las próximas semanas y meses. La pérdida de pasto producirá movimientos de población y tensiones crecientes en entornos que ya son complejos», alertó Joseph Kamara.
Otros especialistas aseguran que la situación que viven estos siete países es apenas una pequeña muestra de lo que está por venir si continúa en ascenso la temperatura de la superficie del mar, lo que provocaría nuevas tormentas como las que originaron la actual crisis.
Andreína Ramos Ginés/ VTActual.com
#VainaVerdeVT Microorganismos serán claves para frenar cambio climático