La “catástrofe” está en boca de todos los griegos. El incendio con epicentro en Mati es ya el segundo más mortífero del planeta en lo que llevamos de siglo.
Protección Civil sigue rastreando entre las tres mil casas total o parcialmente quemadas -muchas de ellas, segundas residencias de pobladores de Atenas-.
El fuego ya está extinto pero desde Rafina hasta Nea Makri las únicas luces son las de protección civil, bomberos y grúas, retirando cientos de autos calcinados.

En la morgue los cadáveres de los 85 muertos por el incendio quedaron tan calcinados que las tareas de identificación están siendo complicadas.
Muchos bomberos se quejan de que, al revisar una casa quemada, no pueden usar la manguera para apagar las brasas por miedo a destrozar los restos de los cuerpos que puede haber bajo los escombros.
Yannis Philippopoulos, padre de dos niñas gemelas, Sofía y Vasiliki, de nueve años, fue noticia mundial al encontrar a sus hijas que fueron rescatadas en un bote.
Medios locales hablan de unos 150 desaparecidos pero no hay información oficial.

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