La repartición de sanciones de que está haciendo gala la administración Trump contra los países que no siguen sus órdenes, se desmorona contra hechos concretos de la dinámica comercial global. El presidente de Turquía, Recep Tayip Erdogan, restó importancia a las sanciones con las que Estados Unidos amenazó a su país si éste sigue comprando hidrocarburos a Irán.
A su retorno de la Asamblea General de la ONU, Erdogan dijo a la prensa de su país que Ankara no tema a las sanciones económicas con las que el gobierno de Trump amenazó a su país, y que seguirá manteniendo lazos diplomáticos y económicos con Teherán. Refirió el presidente turco que “es imposible que Turquía deje de comprar petróleo y gas a Irán.

Erdogan mantuvo su postura incluso a sabiendas de las sanciones que Estados Unidos impuso a seis empresas chinas que transportaron petróleo de Irán a otros países. El presidente turco es de la opinión que las sanciones de Washington contra Teherán no han facilitado alcanzar la solución a los problemas del Medio Oriente.
No acatarán sanciones
En días pasados el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay, rechazó los embargos unilaterales de EE.UU contra Irán, e indicó que no va a actuar contra sus intereses a solicitud de Washington. “Irán es vecino de Turquía, no un país que se encuentre a 10 000 kilómetros de distancia. Solo porque algunos países quieran imponer sanciones a nuestro vecino, no podemos cortar nuestras relaciones comerciales y económicas”, dijo el vocero.
“Nuestra posición dice que tenemos nuestros propios intereses y tenemos que protegerlos. Por lo tanto, no podemos seguir su decisión (de EE.UU.) cuando lo desee”, dijo Oktay, quien mostró su preocupación por la subida de tono de Washington contra Irán, utilizando para ello la retórica belicista.
RB