En plena temporada de vacaciones de verano, unos 400 pilotos alemanes de la aerolínea Ryanair dejarán de trabajar el próximo viernes 10 de agosto durante 24 horas.
Debido a la huelga, la compañía irlandesa canceló 250 vuelos con conexión a Alemania. En total, el número de trayectos que no operarán asciende a 396, esto es 16,5% de los 2.400 previstos para ese día.
Para ese mismo día, los pilotos de Ryanair de Bélgica, Irlanda y Suecia ya habían anunciado que se pararían. Esta protesta laboral representa la mayor huelga en toda la historia de la compañía.
Según el presidente del sindicato de pilotos Vereinigung Cockpit (VC), Martin Locher, el llamado a la huelga se concretó debido a la ausencia de una voluntad constructiva de llegar a un acuerdo con los directivos de Ryanair.

Esto a pesar de que la aerolínea trajo a escena a Kieran Mulvey, experto en conflictos laborales.
La medida de fuerza responde a que los pilotos desean mejorar los salarios y las condiciones de trabajo en la aerolínea irlandesa, que se ha resistido durante décadas a contar con los sindicatos y firmar convenios colectivos.
El descontento general en Europa entre el personal de Ryanair se mostró a finales de julio con una huelga de los tripulantes de cabina de España, Bélgica, Italia y Portugal, que provocó la cancelación de más de 600 vuelos durante dos días.
Sin embargo, todo empezó en septiembre de 2017 cuando salió a la luz un problema en la planificación de los pilotos que provocó un grave conflicto social y la anulación de 20 mil vuelos en los meses siguientes.

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