Singapur, país insular asiático que recibirá la histórica cumbre entre los presidentes Kim Jong-Un y Donald Trump, presidentes de Corea del Norte y EE.UU respectivamente, es uno de los centros globales más neurálgicos para el comercio mundial. Posee el tercer centro financiero y el segundo puerto en cuanto a movimiento de mercancías se refiere.
Su sistema político inspirado en las formas británicas, ha llevado al poder exclusivamente al conservador Partido de Acción Popular desde su independencia de Malasia en 1963, lo cual le ha convertido en un socio de confianza para occidente.

La sólida economía del archipiélago de Singapur, le convierte en el tercer país con mayor ingreso per cápita, lo que también se ha sabido traducir en unas privilegiadas políticas educativas, de salud y estabilidad económica. Este desarrollo vertiginoso, tiene a Singapur como una de las naciones con mayor influencia en asuntos internacionales, por lo que su selección para albergar la cumbre EE.UU-Corea del Norte, no es una casualidad.
El próspero gobierno de Singapur es el huésped y patrocinador de la cumbre, para la que han desembolsado unos 15 millones de dólares, ha recibido a unos 2 mil 500 periodistas de todo el mundo, que están a la expectativa sobre la cita que marca la posibilidad de la desnuclearización de Pyongyang.

“Este evento nos da publicidad”. Lee Hsien Loong, primer ministro de Singapur

Tanto estadounidenses como norcoreanos están muy satisfechos con los preparativos del encuentro, que puede ser un escenario propicio para que el presidente norteamericano mejore su perfil tan golpeado por las polémicas actuaciones dentro y fuera de su país, lo que no es una buena noticia para las naciones que Trump tiene en su mira personal.
RB.