Se quiebra el diálogo por la paz en Colombia, o al menos eso parece tras la negativa del presidente Juan Manuel Santos de seguir el proceso con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras los atentados terroristas registrados este fin de semana pasado.
«He tomado la decisión de suspender la instalación del quinto ciclo de conversaciones que estaba prevista para los próximos días, hasta que no vea coherencia por parte del ELN entre sus palabras y sus acciones», afirmó el mandatario en un acto en Cundinamarca, en el centro del país.
El fin de semana se dieron tres atentados con coches bomba en cuarteles de la policía, dejando un saldo de siete uniformados muertos y 47 heridos. Dos de ellos se dieron en la ciudad costera de Barranquilla. El tercero fue en el corregimiento de Buenavista, en el municipio de Santa Rosa, departamento de Bolívar.

Estos ataques terroristas ponen en vilo la posibilidad de alcanzar una tregua a corto plazo con esta guerrilla. Hace tres semanas terminó un alto el fuego de 101 días pactado antes de la visita del Papa, en septiembre.
La organización irregular ha declarado públicamente -y también ha hecho críticas al gobierno de Santos por complicar el diálogo- su intención de llegar a un acuerdo de paz para desmovilizarse pero ante este tipo de acciones, que pudieran ser unilaterales con respecto al conocimiento del alto mando político-militar, cada vez está más lejos resolver uno de los últimos nudos de la guerra civil colombiana.
JA
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