Se han hecho evidentes nuevas diferencias entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el opositor Ciudadanos en torno a la postura del Gobierno ibérico sobre la crisis que atraviesa Venezuela, luego de que el presidente Pedro Sánchez se inclinara por la opción de un diálogo sin injerencia extranjera para el país suramericano.
De visita en Chile, como parte de su gira por Suramérica, el presidente del Gobierno español expresó que la mejor vía para encontrar una solución a la situación en Venezuela, es el diálogo sin injerencia externa.
«Venezuela tiene que abrir un diálogo consigo mismo, entre venezolanos, para encontrar una solución a esta crisis política, y la comunidad internacional debe acompañar ese diálogo«, declaró Sánchez en rueda de prensa junto al presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Ésto le valió a Sánchez las críticas del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien lamentó que el jefe de Gobierno apoye la tesis del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, principal mediador del proceso de diálogo que el Gobierno de Nicolás Maduro ha intentado desarrollar varias veces con la oposición venezolana.

Rodríguez Zapatero, quien también llegó a la presidencia del Gobierno español con el PSOE, es un férreo defensor del diálogo por la paz y la estabilidad de Venezuela, pero Rivera califica tal postura como “equidistancia entre Maduro y el pueblo (venezolano) sometido a una tiranía».
Rivera cree que ante la situación en Venezuela “España no puede permitir equivocarse”, mientras acusa a Sánchez de seguir una postura blanda por sugerencia de “sus socios de Podemos”, partido que ha estado ligado políticamente a la Revolución Bolivariana desde el mandato del fallecido presidente Hugo Chávez.
El líder de Ciudadanos apuesta, en cambio, por el endurecimiento de las sanciones que ya la Unión Europea aplica contra Venezuela.
MFD
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