Venezuela está dando batalla, en medio de una de las más graves crisis económicas de su historia y se están buscando diversas fórmulas para evolucionar de la economía rentista a la economía productiva.
En VenezuelaTimesTV consultamos con el geógrafo Santiago Monsalve, de amplia experiencia en temas productivos, industriales y económicos, quien comenzó asegurando que en este camino no hay recetas absolutas cuando se habla de economía.
“Primero hay que evaluar las políticas macroeconómicas y las decisiones de Estado que deben ser oportunas a la hora de enfrentar esta crisis”, afirma el analista Monsalve.
“Mientras la producción de los recursos fundamentales del país -en este caso el petróleo– sea el principal aporte de divisas, el Estado tiene el deber de protegerlas y evaluar para qué y para quién se asignan las mismas”.
“El control de cambio es necesario; ahora, la fórmula para aplicarlo es la que hay que evaluar. Si en el camino hay dudas con respecto a la misma entonces se genera la incertidumbre y la especulación», aseguró.
Monsalve, reitera que el emprendimiento de procesos productivos es fundamental. Luego explica que tenemos y podemos observar una economía mucho más doméstica que está completamente ligada al hecho cultural y en la que, en este momento, el concepto de hiperanomia cabe perfectamente. «Hay una especie de salvajismo social en el que existen depredadores económicos. Lamentablemente, parte de la sociedad dejó de lado cualquier principio ético y moral a la hora de enfrentar el hecho económico”.
“Sin embargo, pasando a revisar las grandes oportunidades en Venezuela, primero hay que reconocer que nuestra economía es esencialmente petrolera y por ello se debe fortalecer esta ventaja competitiva que es tener bajo su suelo el principal yacimiento petrolero del mundo; esto nos da una fuerza de negociación en cuanto a economía se refiere. Nosotros tenemos certificados más de 300 mil millones de barriles de petróleo en la Faja del Orinoco.
En consecuencia, la primera política hacia donde debemos apuntar es alcanzar el aumento de la producción petrolera; conseguir alrededor de 2 millones y medio de barriles de petróleo diarios y proyectarla a unos 4 millones de barriles a mediano plazo. Con esto podemos mantenernos en el mercado internacional protegiendo siempre el precio del petróleo. Esto nos permitiría tener una economía estable para hacer los presupuestos públicos de la nación y determinar las principales inversiones del Estado que -en el caso del Gobierno Bolivariano- van dirigidas a la protección y a la inversión social: educación, salud, vivienda, protección al adulto mayor, protección a los más pobres, y la alimentación”.
El geógrafo explica que nuestra educación, desde los niveles más básicos, debería estar dirigida a socializar la información petrolera. El petróleo y su conocimiento deben ser parte de la formación y la educación de los venezolanos; debemos tener una educación petrolera para sentir arraigo, para convencernos de que esa reserva es nuestra y especializarnos en el tema.
“Siendo los acreedores o los propietarios de la mayor reserva petrolera del mundo, nadie debería saber más de petróleo que los venezolanos”, afirma el analista.
“Ser autónomos y soberanos en la política petrolera, en los procesos de exploración, en los procesos de producción, en los procesos de mejoramiento, en los procesos de la petroquímica; los venezolanos deberíamos tener el conocimiento y la tecnología de punta”.
«Luego debemos buscar en el país cuáles son los otros aportes al PIB que no son petroleros, identificarlos y procurar la especialización de los mismos. Ejemplo: el hierro, el acero, el aluminio y el área forestal. En este aspecto alcanzar la especialización productiva. Tener la materia prima y la energía barata nos permite entrar en condiciones competitivas en el mercado internacional», apuntó Monsalve.
El especialista explica que después vienen las políticas de planificación dirigidas hacia la especialización espacial de la producción: planificación de ciudades, de zonas industriales con los servicios adecuados que permitan el desarrollo del valor agregado en estas cadenas, obteniendo un política territorial equilibrada que va de la mano del hecho económico. «Salir completamente de la improvisación«, alerta el analista.
Paralelamente se debe «explorar la extensión de tierras cultivables para generar una política seria en materia agrícola, aprovechando las ventajas de nuestra naturaleza y de nuestro clima. Dirigir la mini-siembra a partir de ciclos logísticos claros, en la que se establezca cuándo debo sembrar, cuándo debo cosechar, dónde voy a almacenar, cómo voy a sumar valor agregado a los rubros: arroz, azúcar, maíz amarillo y maíz blanco, hortalizas», aseguró.
En la búsqueda de la fórmula señala como fundamental que nuestras universidades también deben apuntar hacia la especialización de estas áreas formando ingenieros metalúrgicos, ingenieros forestales, ingenieros para la producción agrícola; incluso pudieran ser carreras cortas con mucho conocimiento técnico para el manejo de procesos puntuales. Llegaríamos así a tener una mano de obra especializada que pueda generar un cambio concreto en el hecho productivo.
Después de tener los planes diseñados resulta esencial concretar políticas de incentivo de Estado para la captación de capitales no solo nacionales si no también extranjeros. Para ello, el Estado debe generar reglas y condiciones claras que minimicen la especulación y la incertidumbre en la economía. También apuntar a políticas de fortalecimiento de la industria intermedia porque nuestro país tiene la gran ventaja de que la energía es muy barata; está subsidiada. Esto es una fortaleza por ejemplo para la industria automotriz, explicó Monsalve.
«Otra fortaleza para salir de este momento económico complejo sería apuntar hacia el turismo como un gran generador de divisas. Ver a Venezuela como un destino turístico pasando por un plan sectorial que identifique qué tenemos, qué queremos con el turismo, cuáles son las estrategias a aplicar y los tiempos de las mismas».
«Las grandes economías del mundo se han levantado después de procesos de crisis severas. Europa se levantó luego de una gran destrucción generada por la segunda guerra mundial, reconociéndose en sus propios errores, carencias y dificultades. Japón, China son experiencias históricas que también después de atravesar procesos difíciles encontraron la fórmula que les sirvió para distribuir sus riquezas a la población y fijar posturas a nivel mundial», recordó el analista.
«El gran objetivo es nunca negociar nuestros principios ideológicos buscando el camino hacia el socialismo y a la vez conocer que se deben dar pasos firmes para generar riquezas, de forma diversificada, con el fin último de que se distribuyan en términos justos a la población. Al que más necesita más se le dará y al que más tenga más se le exigirá. La meta es conseguir otra vez la igualdad de condiciones y oportunidades de vida para los todos venezolanos», apunta Monsalve.
También señaló lo inmediato a resolver en el país: la discusión en el tema de los precios, la hiperinflación inducida, la especulación, la regulación, la intervención de los mercados pero, a la vez, hay que estructuralmente dar un salto al hecho productivo y esto pasa por planes claros y transparentes.
«No podemos buscar salidas neoliberales. La obligación es generar riquezas desde los principios socialistas (esta decisión el pueblo ya la ha manifestado en distintos momentos de nuestra historia) y el proceso tiene que ser un peso compartido entre el Gobierno y los ciudadanos que deben sumar. Dejar de hacer diciendo a hacer haciendo», finalizó Monsalve.
SC