Con la derogación de la ley que permitía el matrimonio entre homosexuales, apenas aprobada un año atrás, la pequeña colonia británica de Bermudas ha emitido una fuerte y clara declaración contra los derechos igualitarios.
Esto ocurrió a raíz de que el gobernador de dicho territorio, John Rankin, aprobara un proyecto de ley que elimina un derecho consagrado el pasado año por la Corte Suprema de Bermudas, primer territorio en el mundo que retrocede en este aspecto.
La medida afectará a las parejas del mismo sexo que pretendan contraer matrimonio ahora, ya que quienes lo hayan hecho en el corto período de vigencia de la ley no verán revocados sus estados civiles.
Organizaciones de derechos humanos ya han alzado su voz contra la decisión de Rankin, alegando entre otras cosas, que la misma va en contra de la propia Constitución de Bermudas, que garantiza los derechos contra la discriminación en el territorio.
Entre las posibles razones de la acción contra la igualdad se puede hallar el carácter conservador de la isla, que en mayo de 2017 vio cómo miles protestaron contra la sentencia del Tribunal Supremo. En ello, la Iglesia jugó un papel importante.
JI