A pesar de que el presidente de Haití revocó el incremento de los combustibles en la isla, cientos de personas permanecen en la calle protestando por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que el gobierno nacional comenzó a aplicar como parte de la receta neoliberal que el organismo ordenó.
«Ustedes me enviaron el mensaje y yo lo recibí. Corregí aquello que debía ser corregido«, dijo el presidente Jovenel Moise, al tiempo que llamó a la población a permanecer en calma y regresar a sus casas.
Los sindicatos de transportistas convocaron a una huelga general y piden la renuncia del primer ministro Jack Guy Lafontant. El gremio critica el aumento exponencial de los impuestos.
La huelga se produce luego de los violentos disturbios registrados el fin de semana y en el cual murieron siete personas.

La mayoría de establecimientos y oficinas aún permanecen cerrados.
Gary Bodeau, presidente de la Cámara de Diputados, pidió una reunión de urgencia de los poderes del Estado y exigió una interpelación del primer ministro a fin de que explique la situación del país.
Las medidas económicas contra la población pretenden incrementar la recaudación del Gobierno y cumplir con la receta del organismo económico.
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