La ola de protestas que sacuden a América Latina en rechazo a las desigualdades sociales llegó a Colombia y promete acorralar aún más al presidente Iván Duque, cuya popularidad ya es bastante baja y que enfrenta varios escándalos de corrupción y relacionados con los derechos humanos.
Y es que los colombianos salieron a las calles este 21 de noviembre bajo la figura de un paro nacional, contra las políticas económicas y sociales del Gobierno de turno.
La protesta logró parar buena parte del país, y fue convocada por sindicatos, estudiantes y movimientos populares. Además, en un giro que pudo haber aumentado el poder de la convocatoria, varios artistas que tradicionalmente se habían identificados con la derecha colombiana, decidieron apoyar la protesta: Juanes, Carlos Vives y la banda de rock Atercioplados, se cuentan entre las figuras públicas que le dijeron no a Duque.
En la capital Bogotá, el transporte público se vio bastante afectado y alguno comercios cerraron sus santamarías. En Cali, el gobierno de esa ciudad declaró el toque de queda debido a hechos de violencia tras la jornada de manifestaciones antineoliberales.
También los municipios del sur del Valle del Cauca, Candelaria y Jamundí (cercanos a Cali) también decidieron implantar esta medida. La última en sumarse fue la localidad de Popayán.
https://twitter.com/elpaiscali/status/1197604530411786240
La protesta como la de este jueves pone contra las cuerdas Duque, que pareciera tener que acelerar las reformas que reclama la sociedad colombiana. Los colombianos se oponen, entre otras cosas al paquete de medidas económicas que incluiría la suspensión del fondo estatal de pensiones o la contratación de jóvenes con salarios por debajo del mínimo legal.
Los episodios de asesinatos de líderes campesinos y opositores (unos 200 en lo que va de 2019 según Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz), y ahora el ocultamiento de masacres de niños en campamentos de disidentes guerrilleros, se suma la cartilla que Iván Duque debe atender.
MMMV