Desde que iniciaron las protestas violentas en zonas del este de Caracas, como Bello Monte, Chacaíto, Chacao y Altamira, en 20% se redujo la cantidad de personas interesadas en comprar viviendas o locales comerciales. La población descarta estas alternativas debido a la intranquilidad y zozobra que actualmente viven esas urbanizaciones, de acuerdo a un reportaje publicado por el diario Últimas Noticias.
Los periodistas de dicho medio impreso realizaron un recorrido por varias inmobiliarias, haciendo un sondeo para conocer de esa fuente, cómo se comportan la demanda y oferta de apartamentos, casas y locales comerciales durante los dos últimos meses, desde que iniciaron las manifestaciones convocadas por la oposición en el este de la ciudad capital. Las inmobiliarias consultadas, exigieron mantener en resguardo su identidad jurídica, pero expresaron que en estos momentos la puesta en venta de propiedades ubicadas en las zonas antes mencionadas aumentó en un 50% (oferta), mientras que 20% de clientes potenciales representado por la demanda, desistió de vivir o invertir en esos lugares.

Una de las personas consultadas dijo: «Me gustaría mudarme o comprar un local en el este de Caracas a excepción de Chacaíto, El Rosal, Chacao o Altamira (…) No quiero perder tiempo en una cola todos los días”.
A pesar de las condiciones ocasionadas por los desórdenes y acciones vandálicas, destacan que el valor de los inmuebles allí se elevaron “la gente busca vender para mudarse a otra zona más tranquila del este o en su defecto para irse del país, los costos acá siguen aumentando”.
Esto dice la gente:
Magaly Díaz, vive en Altamira desde hace 10 años, cerca de la Torre Británica, justamente donde fue quemado el joven, Orlando Figuera e incendiado el autobús de Leonardo Liconte. Díaz catalogó esa zona como “el corredor del guarimbero”, dice que todos los días desde las 6:30 de la tarde hasta las 8:00 de noche comienzan los ataques de los violentos contra los cuerpos policiales que resguardan las calles.
“Estoy cansada de esta situación todos los días, Chacao que era el municipio ejemplo y el más bello, ahora se ha convertido en el peor, no hay seguridad, es lamentable (…) por eso hay personas que han querido vender sus apartamento o irse del país”.
Ella, que vive junto a su hijo de 11 años, su madre de 85 años de edad y su hermano de 20, asegura que durante su jornada laboral vive angustiada, porque no sabe qué acciones pueden tomar estas personas violentas contra las residencias, “cuando ellos (manifestantes violentos) observan que están siendo fotografiados, comienzan a lanzar objetos contra la propiedad. Yo no me asomo para nada, pero en vista de lo que hacen los vecinos siento miedo por mi familia que están solos en casa”, subrayó.

Magaly continúa narrando que su hora de entrada al trabajo es a las 2:00 pm y que a veces le ha tocado salir con tres horas de anticipación para poder llegar a su oficina, “en lo que veo que se están preparando tengo que salir, porque se concentran en la puerta del edificio y después no hay paso”.
Denunció que en cada semáforo hay grupos de personas encapuchadas que pasan por cada uno de los carros para pedir dinero “ellos no exigen nada solo tienen un letrero que dice apoyen la resistencia, pero por miedo a que me agredan les doy algo, en realidad no sé para qué será destinada esa plata”.
Los habitantes de Altamira se sienten cansados de la situación, dicen que se han visto afectados en su vida cotidiana como ir a trabajar, abastecerse de alimentos e incluso para salir a algún hospital en caso que lo ameriten, debido a los gases lacrimógenos que usan los funcionarios policiales para poder dispersar a los manifestantes que no protestan de manera pacífica sino violenta.
En Bello Monte, la señora Érika Hernández, quien vive en esa zona desde hace 28 años, manifestó que es primera vez que “siente tanto miedo o preocupación” debido a una situación tan violenta como la que están viviendo los vecinos.

Ante la incertidumbre de lo que pueda pasar cuando se generan las “guarimbas”, Hernández aseguró que no piensa mudarse de esa zona a pesar de que han sido señalados como “los chavistas”.
Durante el recorrido realizado por los trabajadores de ÚN los habitantes de Bello Monte, Chacaíto, Chacao y Altamira, coincidieron que tienen miedo porque estos «manifestantes» perdieron el respeto. Llaman a que las protestas las realicen bajo un ambiente de tranquilidad y paz.

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CC