De acuerdo con recientes datos publicados por killedbypolice, una base de datos nacional estadounidense, 181 personas han muerto hasta el domingo pasado a manos de la Policía del país norteño en lo que va de 2017, rompiendo el récord de muertes con respecto al mismo periodo del año pasado y registrando el tercer incremento anual consecutivo.
Las estadísticas revelan que 162 personas fueron asesinadas por la policía de Estados Unidos en 2016; 154 en 2015 y 126 en 2014 en el mismo periodo de tiempo (casi dos meses). La mayoría de los asesinatos involucró a la Policía que usó sus armas de servicio, incluyendo Tasers (armas que trasmiten descargas eléctricas). Otros fueron atribuidos a oficiales durante el arresto a sospechosos y el uso de sus vehículos oficiales para matar.
Uno de los más recientes casos de disparos de los uniformados se llevó a cabo en la madrugada del domingo, cuando el Departamento de Policía de Nueva York disparó y mató a un adolescente desarmado que acababa de robar en una tienda en el barrio de Bushwick en la parte noreste del distrito de Brooklyn, en Nueva York, según informa CBS New York.
La brutalidad de la Policía de EE.UU., sobre todo, contra la comunidad afroamericana y otras minorías, ha suscitado críticas de diversas organizaciones de derechos civiles que aseguran que la comunidad afroamericana es objeto de una grave e incesante ola de abusos en los que los policías están involucrados. La violencia policial ha convertido al país norteamericano en escenario de masivas protestas.
Un reciente informe realizado por James Buehler, profesor de la Universidad de Drexel, en el estado de Filadelfia, revela que hay un 2,7 veces más chance que afrodescendientes mueran a causa de acciones de la Policía.
El informe, publicado en diciembre por el rotativo británico The Independent, también señala que los blancos y los que tienen antecedentes asiáticos fueron los que menos resultaron estar en peligro, ya que las probabilidades de que alguien de estos grupos muera a manos de la Policía es muy poca en comparación con los negros y los nativos americanos.
Otro estudio realizado por Sentencing Project muestra la disparidad racial generalizada en el sistema de justicia penal de EE.UU., ya que uno de cada tres hombres negros es susceptible a ser condenado a prisión en algún momento de su vida, mientras que la cifra para los hombres blancos es uno entre 17.
Este movimiento nacional descentralizado que lucha contra el racismo de la policía y el sistema judicial, cobró ímpetu en el 2014, durante las protestas por los asesinatos de hombres negros desarmados a manos de policías, como Michael Brown.
Las cifras hablan por sí solas: en 2015 murieron 900 afroamericanos más que en 2014 y los asesinatos con armas se dispararon un 71.5 por ciento.