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Parálisis de política italiana pone nerviosos a los mercados

La incapacidad de los partidos italianos para alcanzar un acuerdo y formar gobierno tras las elecciones generales celebradas el pasado 4 de marzo empieza a “poner nervioso” a los mercados.

La patronal italiana aseguró que es primordial que el país salga de la parálisis en la que se encuentra. Advirtió que la incertidumbre derivada del bloqueo político no gusta a los mercados y urgió a los partidos a formar lo antes posible un gobierno que ataje la elevada deuda pública.

«El problema no es en cuánto tiempo iremos a elecciones -aunque también- sino qué hacer hasta las próximas elecciones, sean a corto o a medio plazo», declaró el presidente de la Confederación General de la Industria en Italia, Vincenzo Boccia.

También el subdirector general del Banco de Italia, Federico Signorini, consideró que reducir la deuda pública tiene que ser una prioridad junto con la lucha contra la evasión fiscal.

Los inversores están inquietos por conocer qué ocurrirá a corto plazo en el país y lo reflejaron en la Bolsa de Milán, que mantiene un rumbo negativo.

Cabe destacar que el presidente de la República, Sergio Mattarella, sugirió la formación de un «gobierno neutral» hasta diciembre o la celebración de elecciones anticipadas.

El problema al que se enfrenta Mattarella es que si se formaliza su propuesta de gobierno, éste deberá ser aprobado en ambas cámaras donde la mayoría que forman el M5S y la Liga  del Norte augura que no será aprobado. Ambas formaciones ya han mostrado su tajante rechazo a la propuesta y piden ir a las urnas lo antes posible en consonancia con lo que afirman sus bases.

La propuesta de Mattarella no es la mejor, pero tiene precedentes cercanos. El último Gobierno técnico se remonta a 2011, con Mario Monti como presidente del Ejecutivo. Duró hasta 2013. Lo ideal —y lo que ha sucedido en Italia hasta ahora— es que los partidos adopten una actitud práctica a la hora de llegar a acuerdos que permitan investir un Gobierno y evitar unas nuevas elecciones y la inestabilidad derivada de ellas, que sería tan mala para Italia como para el resto de Europa.

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