En nombre del “combate al terrorismo” Mauricio Macri inició la mayor compra de armamento en la historia de la nación Argentina. Entre la lista de juguetes al tío Sam, destacan:
- 12 helicópteros de ataque Cobra AH1 (utilizados por el ejército estadounidense en las guerras de Vietnam, del Golfo y la del Líbano).
- 10 helicópteros modelo Chinook, (utilizados en la guerra de Las Malvinas).
- 16 Black Hawk UH60, otro tipo de aeronave de transporte táctico, conocido mundialmente por su rol en la Guerra de Irak.
- 26 helicópteros Bell 412.
- 182 tanquetas de guerra tipo StryKer, que son utilizadas por las fuerzas armadas de Estados Unidos e Israel. Las mismas están equipadas con ametralladoras calibre 50, lanzadoras de granadas y cañones de 105 milímetros.
- 80 lanzamisiles Javelin, un modelo portátil desarrollado por el gobierno estadounidense para derribar tanques y avionetas.
- 24 aviones de caza Texan T6. Hace aproximadamente un mes ya habían informado que comprarían una docena). Estos son aviones de entrenamiento avanzado para pilotos fueron utilizados en la Segunda Guerra Mundial y durante las décadas posteriores.
- 12 aviones de caza F-16 un cazabombardero desarrollado por EEUU en la década del 70 que ya no es producido para sus fuerzas armadas, sino que es material exclusivo de exportación.
- 2 aviones Orión, utilizados habitualmente para patrullaje marítimo.
- 24 vehículos blindados Anfibios modelo AAVR7A1, los cuales son utilizados en la actualidad para el transporte de tropas del cuerpo de marines estadounidenses.
El costo total supera los 2 mil millones de dólares. Una inversión que la gestión de derecha planea ir cancelando en los próximos dos años.
El medio de comunicación El Destape fue el que sacó a la luz pública la información. En su exposición audiovisual, el presentador cuestionaba a la audiencia ¿por qué tenés que enterarte por nosotros?.
La administración de Macri por la vía clandestina, a mediados del 2016, inició las gestiones de compra de armas ante el Congreso estadounidense. Los periodistas, incluso, comprobaron que algunos materiales ya fueron adquiridos.
El embajador Martín Lousteau envió una misiva destinada al congresista Peter Visclosky, quien preside la Comisión que aprueba o no la venta de armas al extranjero. A este documento se adjuntaba el listado de equipamiento en materia militar.
La carta insiste que Argentina busca reforzar “sus capacidades para enfrentar la amenaza global del terrorismo”. El silencio gubernamental y las causas esgrimidas por los compradores han suscitado toda clase de preguntas entre los argentinos. El país sureño no tiene razones –al menos conocidas- para suponer un conflicto de esa naturaleza. Cristina Fernández reflexionó: “La irresponsabilidad de introducir a la Argentina en conflictos que no le son propios puede ocasionarnos problemas y dolores que tenemos la obligación de tratar de evitar que sucedan. A no ser que el tan promocionado “volver al mundo” sea algo mucho más tenebroso: transformar al país en comprador de armas de guerra, en un mundo donde la guerra ha pasado a ser, desde hace tiempo, un excelente negocio para un selecto club de países y una tragedia para todos los pueblos.”
Un grupo de diputados argentinos del Frente para la Victoria han presentado una denuncia penal contra el Presidente Mauricio Macri y varios altos funcionarios por la presunta comisión de delitos en la compra de armas a los Estados Unidos.
En la denuncia, los diputados de FPV aseguran que el gobierno de derecha ha violado la ley 22.520 de la Constitución argentina que establece el marco normativo para realizar tales adquisiciones. Además cuestiona el supuesto del combate al terrorismo: el material bélico que estaría en proceso de compra por parte de Argentina “nada tiene que ver y no resulta nada idóneo para dicho fin”.
LC