Pese a las reiteradas amenazas que ha emitido el presidente estadounidense, #DonaldTrump contra los migrantes hondureños, este lunes, aproximadamente 600 personas salieron de la ciudad de San Pedro Sula, al norte del territorio hondureño, con el objetivo de emprender su camino hasta llegar al territorio norteamericano.
Esta nueva caravana de migrantes se sumaría a las más de 2.500 personas que aún permanecen en la zona fronteriza de Tijuana, totalmente desatendidas y sin respuestas efectivas por parte del gobierno estadounidense, que contribuyan a solventar su estatus migratorio.
Aunque el gobierno hondureño también ha advertido de los riesgos que implica el emprender el recorrido debido a la presencia de policías, militares, crimales y otros factores en el camino, los integrantes de esta nueva caravana han manifestado la necesidad de buscar mejores condiciones de vida ante la falta de empleos y los altos niveles de criminalidad que persisten en el país centroamericano.
«A pesar de toda la campaña de criminalización que ha promovido el Gobierno (hondureño) en torno a la salida de los migrantes, la necesidad y el miedo de la gente ha sido mucho mayor», expresó Miroslava Cerpa, miembro del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos en Honduras (Ciprodeh).
De igual forma, Cerpa criticó la postura que ha asumido el gobierno hondureño, la cual se ha enfocado de sembrar el miedo en los migrantes y que estos desistan de sus deseos de salir del país, en vez de generar políticas públicas que ataquen los principales problemas que enfrenta el pueblo más vulnerable.
YR
