Luego de su paso por Nicaragua, donde dejó números escalofriantes como 32.684 personas damnificadas, y su asomo por las costas estadounidenses, Nate se ha convertido en ciclón postropical y solo causa fuertes lluvias al noreste de la región norteamericana.
Este huracán, fue uno más de los fenómenos climatológicos que deja la temporada de huracanes del 2017, que oficialmente, pese a que no ha culminado, se consagró como la que más ciclones ha presenciado en los últimos años y amenaza con seguir aumentando el número de anomalías naturales.
A ocho semanas de la finalización de la temporada, el océano ha dejado ver dos nuevas amenazas, Ophelia y Philippe, estas se proyectan actualmente como tormentas tropicales y amenazan con su pronta conversión a huracán de categoría 1, dejando en peligro, una vez más, al Caribe, sus islas y a las costas de Norteamérica.
kH