Este sábado 1 de diciembre asume Andrés Manuel López Obrador la presidencia de México. El escenario mantiene a la expectativa a los más de seis mil migrantes centroamericanos que viajaban hacia EEUU y que ahora se encuentran estancados en Tijuana, en medio de una huelga de hambre que busca presionar a las autoridades.
El cambio de gobierno impacta en la estructura del Instituto Nacional de Migración, principal organismo implicado en la estancia de las víctimas de EEUU que depende de la Secretaría de Gobernación, al igual que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.
Los migrantes, desesperados por el tiempo en el que no han obtenido ninguna respuesta por parte de México sobre su situación, se quejan de que las gestiones de Peña Nieto y López Obrador sólo han hecho promesas que no se han esmerado por cumplir.
Actualmente, viven una crítica situación en el albergue que los cobija y que sufrió graves inundaciones. La saturación del lugar ha obligado a las autoridades de los tres niveles de Gobierno a plantearse abrir un segundo albergue.
Según datos de las autoridades mexicanas, unos nueve mil centroamericanos llegaron a México desde el 19 de octubre en distintos grupos, de los cuales más de siete mil se encuentran entre Mexicali y Tijuana. Desde allí buscan que EEUU apruebe su solicitud de asilo. Otros 2.000 se encuentran repartidos en otras localidades del país.
ARG
La caravana de migrantes y la degradación ambiental: ¿tienen relación?