Luego de unas vacaciones el gobierno francés vuelve al trabajo para continuar con el debate de las reformas impulsadas por el impopular presidente, Emmanuel Macron.
El día martes iniciarán los debates en el Senado, lo relacionado con las pensiones, texto que ya ha sido bosquejado «y promete ser explosivo», según analistas franceses.
En días anteriores el primer ministro, Edouard Philippe, ratificó la intención de seguir con la supresión de 4.500 puestos de funcionarios en 2019, para reducir la administración pública a un número de 50.000 efectivos en el horizonte del 2022. Por lo que se cree que los sindicatos jugarán un papel fundamental en la aprobación o rechazo de las medidas.

«El movimiento de los trabajadores del ferrocarril se percibe como corporativista, lo que no fue el caso hace 23 años», dice Jean-Daniel Lévy, pero no considera que aunque hay ira en el país, ve difícil que los franceses salgan a la calle.
Por su parte el politólogo Stéphane Rozes, dice que el país «está de acuerdo con las reformas. Observa a Macrón para saber si cumplirá sus promesas: volver a encarrilar a Francia, permitirle recuperar su soberanía«, pero alerta que esto no debe confundirse con una adhesión incondicional.

Hasta el momento los avances en la ambiciosa reforma impulsada por Macron han sido escasos y la crisis desatada por la gestión de la inmigración le dificulta aún más el mandato presidencial.
Todo esto ocurre en un Francia que se prepara para las próximas elecciones legislativas en mayo de 2019 donde se elegirá el Parlamento Europeo, consideradas como una suerte de plebiscito para las políticas de Emmanuel Macron.
Más seguridad con o sin EEUU
Durante la reciente reunión anual con sus embajadores, el presidente francés se refirió al tema de la guerra contra Siria. Expresó que reforzaría la política de seguridad del continente.
“Europa ya no puede hacer depender su seguridad solamente de los Estados Unidos. Depende de nosotros hoy asumir la responsabilidad y garantizar la seguridad y, por lo tanto, la soberanía europea”, dijo.
A su criterio para poder revisar la arquitectura europea de defensa y de seguridad se necesita “un diálogo renovado sobre la ciberseguridad, las armas químicas, los armamentos clásicos, los conflictos territoriales, la seguridad espacial o la protección de las zonas polares, particularmente sobre Rusia”.
E.C
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