Analistas denuncian que en los medios estatales y en particular en la TV Pública de la Argentina, el actual gobierno del presidente Mauricio Macri aplica una política de vaciamiento y censura sin propuesta de programación.
“Los noticieros se emiten por la voluntad de sus trabajadores y pasaron de 30 a 14 horas semanales, sin ediciones de sábados y domingos”, aseguran trabajadores de la TV Pública a través de un comunicado de prensa.
Los directivos de la TV Pública quieren un “periodismo de escritorio”, separado del lugar de los hechos, que invisibiliza cientos de conflictos en defensa de fuentes de trabajo, o tragedias en distintas zonas de la Argentina.
“El intento de control social, el apagón informativo, el blindaje mediático, el discurso uniforme oficialista, antipopular y antidemocrático y la censura, están obligando a sumar una nueva emergencia a las existentes: la emergencia comunicacional e informativa”, reflexiona Félix Arnaldo Marron, periodista de la TV Pública.
El objetivo pareciera ser limitar cualquier voz disidente dentro del Estado y dejar todo en manos de las empresas privadas de la comunicación, donde la información es una mercancía medida no por el crecimiento espiritual de la sociedad, sino por los ratings y las ganancias.
ER