Ya lo habían avisado en el primer juego, a pesar de caer 3-0 no merecieron tal suerte, este Liverpool de Jurgen Klopp hizo justicia en la cancha.
Los ingleses se convirtieron en el primer equipo en clasificar a la Final de la Champions League 2019 luego de derrotar al Barcelona de España 4 goles por 0.
Sin dos de sus mejores jugadores (lesionados) Salah y Firmino, pero con un DT que nunca abandonó su estilo y siempre fue fiel a sus ideas, el conjunto de Anfield Road remontó un marcador que parecía imposible ante el Barça de Messi.
Todos, absolutamente todos, sabían del peligro que corría el conjunto culé en su visita a la tierra de los Beatles. Pero no sabemos por qué razón el DT Ernesto Valverde fue testarudo en su forma de jugar.
Un gol del Barcelona obligaba al Liverpool a anotar 5, con ventaja de 3 goles, sin dos de los mejores jugadores del rival en cancha y Messi en tu equipo, sólo un milagro separaba a los catalanes de la final en Madrid… Y pasó lo peor.
Valverde pensó que lo había hecho bien en el Camp Nou y repitió al mismo equipo que ganó 3-0. «El hombre es el único animal que se tropieza con la misma piedra dos veces»
En Barcelona salió cara, en Liverpool fue cruz.
Al igual que en la ida el conjunto de Klopp fue una aplanadora, no dio respiro a un equipo desdibujado y jugando a algo que no sabe. Resultado: un 4-0 espectacular para una afición que jamás dejó de alentar a los suyos.
El marcador del encuentro, en esta oportunidad, sí reflejó lo que ocurrió en la cancha (a diferencia de la ida) y de paso le da un baño de humildad a una prensa catalana que ya lanzaba cohetes y hablaba de «triplete» (Liga, Copa y Champions).
Messi fue un fantasma, pero muy poco puede hacer cuando (como con Argentina) tienes en la media cancha a compañeros que no saben, ni pueden, jugar a su ritmo.
Mientras el Barcelona perdió su esencia, el Liverpool fue un bloque y supo siempre a lo que jugaba. Klopp fue mejor que Valverde y nos recordó que en Anfield Road este equipo «Nunca camina sólo».
JC