Desde el pasado 6 y hasta el 13 de noviembre se han desplegado tropas militares estadounidenses en la triple frontera que une a Brasil con Perú y Colombia. Se trata de un ejercicio sin precedentes en la mayor reserva de biodiversidad del planeta.
Con la participación activa de más de dos mil militares se ha iniciado en este territorio el ejercicio denominado AmazonLog17 a apenas 700 kilómetros de los límites fronterizos de Venezuela.
El general Guilherme Cals Theophilo, comandante logístico del Ejército de Brasil, aseguró que éstas operan en tareas de control de flujos migratorios no autorizados, en “la asistencia humanitaria en grandes eventos, operaciones de paz en regiones remotas”, según reseña RT.
Pero para Linbergh Farias, líder de la bancada del Partido de los Trabajadores (PT) en el Senado Federal de Brasil, el objetivo real parece ser otro: encajar a las Fuerzas Armadas brasileñas en la órbita estratégica de Estados Unidos.
Una opinión similar sostiene el internacionalistas Jeanpier Anaya, quien entrevistado por VTV apuntó que “este plan pretende controlar el Amazonas para la defensa de los intereses del gran capital sobre el territorio y sus recursos en vista de que esta zona es logísticamente donde se puede desarrollar una invasión. Por eso es importante para los norteamericanos; y para justificar el movimiento de tropas utilizan el argumento de la ayuda humanitaria, discurso también empleado por sectores de la oposición venezolana”.
El comandante venezolano retirado, William Izarra, plantea que esta movilización de tropas es una amenaza por dos razones fundamentales: por un lado se trata de un desplazamiento de fuerzas militares estadounidenses que pueden hacer efectivo el Decreto Ejecutivo que califica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria contra su seguridad nacional. En segundo término, porque el propio presidente Trump ha dado como un posible hecho contra Venezuela la opción militar.
Con indiscutible la influencia del Comando Sur en el desarrollo de AmazonLog17, pareciera materializarse la alerta que algunos medios alternativos habían encendido sobre una eventual invasión outsourcing o tercerizada a Venezuela, en la que el Pentágono no utilizaría sus tropas y recursos sino que emplearía los de países proimperialistas de la región.
KP
