La cuarentena nos ha trastocado todas las actividades que realizamos cotidianamente y que nos resultaban tan normales, que solían pasar inadvertidas. Los hábitos de sueño, de alimentación, de higiene y actividad física, ya no son lo que solían ser y ese cambio suele afectar de manera negativa nuestras vidas.
Para revisar algunos de los principales cambios que la cuarentena nos ha dejado, y buscar soluciones satisfactorias al daño que ello podría causar, VTactual conversó con el psicólogo clínico y profesor universitario José Garcés, quien ya viene desarrollando algunas útiles técnicas con sus alumnos y/o pacientes.
Descanso alterado
El estar mas tiempo de lo acostumbrado en casa nos lleva a que los hábitos de sueño sufran alteraciones. Para el doctor José Garcés el tema es muy conocido, pues muchas de las personas que trata le han comentado que han sufrido cambios en sus hábitos de descanso. «He tenido reportes contrastantes en ese sentido. Hay gente que dice que duerme más, otros que duermen menos. Lo cierto es que la cuarentena va a durar mucho tiempo más con flexibilización o sin ella, y tenemos que aplicar técnicas que nos ayuden a tratar tanto los desajustes de sueño, como de otras actividades».
Garcés, como muchos otros especialistas en diferentes áreas sociales, ven en el teletrabajo una realidad que cada vez será más puesta en práctica, por lo que recomienda prepararse para estos escenarios asumiendo lo que él llama «divisiones geográficas y temporales«. «El ejemplo del sueño -insiste Garcés- sirve para establecer una conducta discriminativa. Tú no puedes trabajar en la cama, comer en la cama, leer en la cama. La cama tiene que usarse para dormir. El tema de la hora también es importante. Si te acuestas a dormir a las nueve de la mañana, a las tres de la tarde, no se establece una clave discriminativa para la conducta de dormir».
El especialista explica que estableciendo esta división de los espacios y el tiempo que dedicamos a cada actividad, tendemos más defensas para lidiar con los problemas que se generen de esta situación. «Hay que hacer una división de los espacios, tanto física, como geográfica, como temporal. Una mesa del comedor puede servir para degustar un rico almuerzo en familia, como para el solaz con un juego de mesa o para trabajar. El mismo objeto puede servir para todo eso, entonces la persona tendrá que crear una estrategia para diferenciar cuando la mesa va a ser un lugar de trabajo y cuando va a ser un lugar de reunión familiar», recomienda Garcés.
Hogar: todo en uno
La cuarentena introdujo nuevas prácticas a nuestra sociedad que antes no existían. El hogar ahora es lugar de trabajo, de descanso, de tensiones y distracción, todo revuelto en un mismo lugar. «Los principales hábitos que nos ha cambiado la cuarentena tienen que ver con que se ejerce el solaz y el trabajo en el mismo espacio donde encontramos la vida familiar. Teníamos diferentes espacios para desarrollar cada cosa en su lugar, pero ahora debemos hacerlo en uno solo», opina el psicólogo José Garcés.
El también profesor universitario resalta la importancia de crear «claves discriminativas» que contribuyan a ubicar cada cosa en su lugar y cada actividad en su momento. «De esta manera la situación no nos conducirá a la confusión de emociones o conductas con consecuencias negativas de depresión o insomnio y evitaremos mezclar las emociones que nos genera el trabajo que realizamos en la mesa del comedor, por ejemplo, con las emociones agradables que nos produce el almuerzo», destaca.
Luz solar y ejercicio
Al estar todo el día en casa podemos perder el sentido del tiempo, incluso nuestra jornada de trabajo puede ser más prolongada y agotadora. Por eso Garcés recomienda establecer horarios para cada actividad y no olvidar que nuestro cuerpo necesita la luz del sol. «Si no recibimos luz solar, podemos llegar a deprimirnos. Al activarnos por la luz del sol también activamos nuestra afectividad y nos sentimos bien. Así de importante es la luz del sol», reflexiona.
A la par de ello, el psicólogo y docente aconseja mantener la práctica de alguna actividad física. «Un grupo muscular que no se ejercita se atrofia asombrosamente rápido. Hay que desarrollar una rutina diaria de ejercicios para no perder el acondicionamiento muscular. El yoga es especialmente beneficioso en ese sentido», recomienda el experto.
Randolph Borges/VTactual.com
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