Las tensiones entre Irán y EEUU crecen. Esta vez, el motivo de la disputa es un nuevo ataque en el golfo de Omán contra dos buques petroleros propiedad de Noruega y Japón, que las autoridades estadounidenses han endosado al país Persa.
El evento, el segundo de este tipo que se registra con pocas semanas de diferencia del primero, ocurrió este jueves cerca de las 6.00 de la mañana hora local y causó daños múltiples a las embarcaciones «Front Altair» y «Kokuka Courageous».
De acuerdo con la tripulación del Kokuka Courageous, el carguero no fue alcanzado por un torpedo sino atacado desde el aire, lo que contrasta con la versión presentada por Washington en video que asegura que dos embarcaciones iraníes trataron de eliminar un dispositivo sin explotar que supuestamente había alcanzado el casco de la mencionada nave.

La grabación muestra cómo un pequeño bote se acerca al supuesto petrolero Kokuka Courageous y uno de sus tripulantes retira del casco del barco japonés un objeto, que según indica el Departamento de Defensa de EEUU se trataría de una mina sin explotar.
Aunque el video es de mala calidad, el secretario Mike Pompeo lo ha convertido en un prueba de la supuesta intervención de Irán en el incidente “para perturbar el mercado petrolero mundial”.
Acusaciones a las que ha respondido el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, indicando que la facilidad con la que EEUU ha acusado al país árabe del hecho “solo deja muy claro que (Washington y sus aliados) han pasado al plan B: la diplomacia de sabotaje […] y el encubrimiento de su Terrorismo Económico contra Irán”.
El Canciller consideró las acusaciones de Pompeo “sin fundamento” y recordó que Irán, “responsable de mantener la seguridad en el estrecho de Ormuz”, ayudó a los navíos y salvó a sus tripulantes.
ARG