Si bien las cuatro naciones que forman el Reino Unido entraron juntas en el confinamiento el 23 de marzo, en el transcurso adoptaron calendarios diferentes para salir de él. Pero no sólo hay diferencias sobre como enfrentar el Covid-19, también las hay en torno a los términos nacionalismo e independentismo.
Nicola Sturgeon, primera ministra de Escocia, se distanció del primer ministro británico, Boris Johnson, acusado de gestionar la crisis tarde y de manera confusa en el país más castigado de Europa con casi 45 mil muertes confirmadas por Covid-19.

Cuando el inquilino del 10 de Downing Street anunció el levantamiento gradual de las restricciones desde mayo, ella optó por la prudencia; afirmaba que el virus tenía todavía demasiada presencia en Escocia. Su firmeza le valió el apoyo de los dirigentes de Gales e Irlanda del Norte.
Independentismo: Detractores versus seguidores
Los detractores de Sturgeon le acusan de pretender dividir a Gran Bretaña, por su continua defensa del proyecto independentista; el proyecto terminó derrotado en un referéndum (2014). Pero una encuesta de Panelbase publicada esta semana parece voltear el panorama a su favor; 54% de los escoceses ahora apoya la independencia; unos nueve puntos más que hace seis años, y la dirigente goza de 60% de respaldo por su manejo de la crisis del coronavirus.
Así, con su permanente mascarilla de cuadros escoceses al rostro, suma popularidad; y no sólo para sí, sino para el Partido Nacionalista Escocés (SNP); la agrupación que luce mejor de cara a las legislativas regionales de 2021 en comparación con los comicios de diciembre de 2019.

“Sin sorpresas. Para muchos nacionalistas, los últimos tres meses han sido un ejemplo de cómo Escocia podría gobernarse mejor a sí misma siendo un pequeño país independiente», afirmó el politólogo John Curtice, de la Universidad de Strathclyde de Glasgow, al diario Sunday Times.
¿Habrá segundo referendo?
Sturgeon lleva meses exigiendo la celebración de un segundo referéndum sobre el independentismo –categóricamente rechazado por Johnson-; asegura que el Brexit, decidido en referéndum en 2016 y aplicado el pasado 31 de enero, cuenta con la oposición de la mayoría de los escoceses.
Uno de los principales argumentos a favor de la unión en 2014 fue que la independencia dejaría a Escocia fuera de la Unión Europea.
No obstante, los escoceses se ven ahora paradójicamente extraídos del bloque contra su voluntad por pertenecer al Reino Unido.
FF/VTactual.com
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