Tienen prisa, mueven las fichas a paso redoblado. En la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense se viven días de mucha tensión con los preparativos del juicio político contra el presidente #DonaldTrump, una medida que no se intentaba contra un mandatario norteamericano desde el gobierno de Bill Clinton.
Los demócratas, rivales políticos del magnate, alistan los preparativos para recabar los últimos datos que hagan sólida la solicitud. Entre ellos se prevé la realización de audiencias públicas y la trascripción de los procedimientos a puerta cerrada. El Partido Demócrata controla 224 escaños de los 435 de la cámara, y sólo deben conseguir una mayoría simple para que el procedimiento avance, lo cual luce complicado con una mayoría republicana.

Aun así, la iniciativa que se somete a votación esta semana conforma la primera prueba contundente de apoyo a una investigación contra el mandatario. La Constitución de Estados Unidos blinda a la Cámara de representantes al otorgarle facultades especiales para establecer las normativas básicas de una investigación de juicio político, por lo que el proceso está revestido de legitimidad.
El testimonio que vale oro
Entre las acciones que tomarán los legisladores está el interrogatorio a puerta cerrada del especialista ruso en el Consejo de Seguridad Nacional de Trump, Tim Morrison, quien posee información crucial de los acuerdos entre el presidente estadounidense y su par de Ucrania, a quien habría presionado para investigar al opositor Joe Biden. Morrison presentó su renuncia al cargo el pasado miércoles.

Los republicanos han cuestionado todo el proceso contra Trump, al que han llamado “caza de brujas”, pero el testimonio de Morrison servirá para eliminar la especie recurrente en el bando que respalda a Trump, sobre que las investigaciones para su impeachment se basan en relatos de personas no involucradas en el tema. El testimonio de este funcionario podría dar un importante vuelco a la historia.
RB