Ocho de cada diez botellas de tequila se exportan fuera de México, su precio se ha multiplicado por seis en los últimos dos años por lo que parece estar condenado al éxito, pero el lento crecimiento del agave, planta de donde se extrae esta bebida, parece imposibilitar que las ventas vayan al ritmo de la demanda.
Las plantaciones del agave, están siendo exprimidas al máximo. El lento crecimiento de esta variedad de agave, el azul tequilana weber, -en torno a siete años- hace imposible un aumento de la producción como el que requiere la demanda. Esto ha provocado que algunos productores tengan que utilizar plantas poco maduras, de las que se extrae menos licor, y por tanto haga aún más incierto el futuro de la producción de esta bebida.
En el 2017 las exportaciones crecieron un 7,1%, y de México salieron hacia el extranjero 213 millones de litros, de los 271 millones que se produjeron en total, de acuerdo a reportes del Consejo Regulador del Tequila.
El principal consumidor ha sido, por supuesto, Estados Unidos, acaparando 172 millones de litros, le sigue España (5,3 millones), Alemania (4,6 millones) y Francia (3 millones). La fiebre por esta bebida también se han colado países como Japón (2 millones), Letonia (1,8) o Sudáfrica (1,6). Una buena muestra de que el furor por el tequila, es universal.
Los robos en las plantaciones de agave son uno de los principales problemas para los productores. En los primeros nueve meses de 2017, 193 toneladas de agave fueron robadas, pese a que el hurto de esta planta está tipificado como delito con penas de entre 5 y 15 años.
La pasión por esta bebida, producida en la tierra rojiza de los altos de Jalisco, sigue conquistado países, y celebridades como George Clooney y Justin Timberlake tienen su propia firma tequilera.
LS