No bastaron tres años de guerra civil y más de 30 de persecuciones y desapariciones de sus adversarios para que el régimen del dictador Francisco Franco, dividiera para siempre a la sociedad española. A casi 44 años de su muerte, sus restos siguen siendo el centro de la polémica y han revivido los sentimientos de odio sembrados en varias generaciones. Si descansa en paz, es difícil de precisar, pero la pugna por el sitio en el que sus restos han de reposar definitivamente, sigue en vilo tras la decisión de posponer su exhumación prevista para el 10 de junio.
El Tribunal Supremo español decidió por unanimidad suspender la exhumación de los restos del dictador para atender una solicitud de los familiares de Franco, que piden sea estudiada la medida en atención los “intereses públicos” de la figura del fallecido gobernante.
En el Supremo temen que si los restos son retirados del Valle de los Caídos, lugar donde ahora reposan, una posterior evaluación del recurso introducido por la familia del dictador, pueda hacer que sean devueltos los restos de Franco al mismo lugar. Por ello se decidió paralizar la orden de exhumación mientras se resuelve del todo el asunto, para lo que se ha pedido “un tiempo razonable” del que no se fijó nueva fecha.
Pugna entre socialistas y franquistas
El gobierno de Pedro Sánchez impulsó la idea de retirar los restos de Franco del Valle de los Caídos, monumento que rinde tributo a las víctimas de la guerra civil española. La motivación fue fundamentada en la Ley de memoria histórica, que pretendió unir las divisiones de la sociedad española y en la coherencia de que un Estado democrático tenga monumentos públicos para exaltar la figura de un dictador.
Pero la medida ha sido objetada por la familia Franco, que ha colocado diferentes artilugios legales para demorar la acción. El gobierno de Sánchez reaccionó restándole importancia a la decisión del Supremo, diciendo que no se modifica “el fondo del asunto” y que esperan que en los próximos meses se resuelva.
Diversos colectivos que integran la campaña “NiValleNiAlmudena”, salieron a las calles a protestar la nueva demora en la exhumación de los restos del dictador. Con fotos de personas asesinadas o desaparecidas durante el franquismo, marcharon para pedir que no se le rinda homenaje en edificios públicos como el Valle de los Caídos o la Catedral de Almudena, lugar donde la familia Franco tiene un panteón.
La guerra terminó hace 80 años, pero aún las heridas que ocasionó siguen abiertas y la justicia ha sido incapaz de repararlas. Continúan apareciendo fosas comunes a orillas de las carreteras, mientras que los españoles siguen arrastrando el fantasma del odio entre hermanos.
RB