La guerra civil en siria es un conflicto bélico iniciado a principios de 2011 y que aún se desarrolla; en su etapa más cruenta y sanguinaria. Este conflicto comenzó con el enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas de Siria y grupos armados rebeldes «oposición siria», que incitados y apoyados por Washington comenzaron unas supuestas protestas para derrocar el gobierno del presidente, Bashar al-Asad. Más adelante, numerosos grupos y combatientes de los «rebeldes» se unieron a los yihadistas de Irak y el Levante “Estado Islámico”.

En la continuidad de un esfuerzo emprendido por la Casa Blanca, por cambiar el “ajedrez geopolítico” en Oriente Medio, enmarcada en la llamada “Primavera Árabe” iniciada en el 2010 hasta el 2013, que provocó la desestabilización política en varios países del mundo árabe e incluso en otros encendió guerras civiles, que aún se mantienen como el caso sirio, con cientos de miles de víctimas mortales.

En este momento la encarnizada guerra cumple cinco años, sembrando, la muerte, el horror y la desolación entre la población civil con más de 470.000 muertos y cinco millones de refugiados, según cifras manejadas en un informe del think tank Syrian Center for Policy Research. Dejando un país quebrado por la violencia y la emigración forzosa son más de 11 millones los que se han visto obligados a abandonar sus casas, peregrinando dentro y fuera del país.





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